Adultos mayores: así de expuesto es el grupo más vulnerable a la pandemia de Covid-19

Por Lissette Fossa y Francisco Velásquez

Fuente: Interferencia.cl 11/04/2020

Aunque son un grupo de características diversas, los adultos mayores el país comparten ciertas cualidades: en su mayoría son independientes y viven solos o con sus parejas, reciben bajas pensiones e ingresos, muchos acceden a subsidios estatales y ese dinero no les alcanza para pasatiempos, aunque sí un tercio de ellos dedican tiempo a organizaciones sociales y religiosas. En medio de la cuarentena, no solo el Covid-19 es una amenaza para su salud, también la soledad. 

En medio del barrio Bellas Artes, un grupo de vecinos de un edificio residencial se impactó al enterarse, este miércoles, que una de sus vecinas yacía en el piso de su departamento, sin poder levantarse, desde hace tres días. Durante la tarde de ese día, el conserje del edificio se percató de un mal olor que salía del departamento de una mujer de 95 años, que vive sola. Bomberos asistió al lugar y, según relatan vecinos del barrio a INTERFERENCIA, la encontraron en el suelo, con vida, pero deshidratada y desnutrida. Rodeada de insectos, la mujer se había caído y no había podido levantarse en decenas de horas. Fue trasladada a la Posta Central.

El relato es un ejemplo extremo de cómo un accidente hogareño se puede transformar en un problema para adultos mayores durante la cuarentena, en especial cuando ya superan los 90 años y no cuentan con apoyo social, de familiares, vecinos o amigos. Sin embargo, los cuidados de los ancianos son variados, y dependen de sus enfermedades, su salud mental, sus vínculos y su autonomía. Pero, ¿cómo son los adultos mayores en Chile? ¿Cómo se encuentra este segmento de la población para enfrentar la pandemia de Covid-19?

Según la última encuesta Casen 2017, hay 3.440.000 personas mayores de 60 años en Chile (consideradas tercera edad o adultos mayores), lo que equivale a cerca del 19% de la población nacional.  Las regiones con mayor porcentaje de adultos mayores, en relación a su población total, son la región de Valparaíso (23,3%), Ñuble (22,6%), Maule (21,9%) y La Araucanía (21,6%). La mayoría son mujeres, más de la mitad se encuentra casado o con pareja estable. La misma encuesta Casen 2017 mostró que cerca del 41% de los hogares chilenos cuenta con un adulto mayor, ya sea como integrante o como jefe de hogar

El 64% de los adultos mayores en Chile se encuentran en los primeros tres quintiles socioeconómicos, y de ellos el mayor porcentaje (22%) en el primer quintil de ingresos, es decir, pobreza y vejez están fuertemente ligados en Chile. Según un estudio de Libertad y Desarrollo, el promedio de ingresos per cápita de los hogares ubicados en el primer quintil es de $ 50.591 mensuales.

Tan solo 8% de los adultos mayores necesitan cuidados en un hogar de ancianos o de larga estadía. La mayoría de estos centros son privados o de fundaciones y muchas veces requieren algún pago mensual por parte de la familia de la persona mayor. En Chile habría más de 1.600 de estos recintos, que son el lugar de más peligro de contagio de Covid-19, debido al hacinamiento y al delicado estado de salud de las personas que residen allí. Un ejemplo es lo que ocurrió este viernes en el «Hogar Italiano», en Ñuñoa, donde seis funcionarios están contagiados de coronavirus, 18 residentes adultos mayores también, además de producirse dos fallecidos producto del virus.

Con respecto a sus características, en su mayoría, los adultos mayores tienen autonomía y pueden ocuparse bien de sí mismos, siendo solo el 14% dependientes para movilizarse, de éstos la mayoría es cuidado por un familiar; 8% de los adultos mayores son analfabetos, siendo los mayores de 80 años el sector que presenta más analfabetismo en Chile; el 35% participa en alguna organización social o religiosa; la mayoría no ha terminado su educación escolar; y sólo el 30% de ellos afirma utilizar internet y más del 31% continúa trabajando. La mayoría de los que siguen trabajando pertenecen al quinto quintil, el sector con más ingresos en el país, mientras que los más dependientes (en general, por enfermedad),  se concentran en el primer quintil.

Además, son los mayores usuarios de la salud pública en Chile. El 85% está asegurado a través de Fonasa, el 90% ha asistido en los últimos meses al médico por alguna enfermedad.

“Aunque existe el AUGE y esos programas, algo que es potente y grosero es que el sistema de salud no daba abasto ya antes que llegara el virus. Y ahora se presenta el tema del coronavirus, ¿Y qué puede hacer una persona mayor? encerrada, sin plata, con miedo”, comenta Víctor Figueroa, adulto mayor y consejero metropolitano del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), además de dirigente social para los derechos humanos en la vejez.

Mariela Cáceres, de 85 años, es presidenta de la Unión Comunal de Conchalí del Adulto Mayor. Al igual que la mayoría de los que forman parte del club, se atiende en el servicio público de salud. Para ella la atención es “muy buena” e incluso dice que ha llegado a tener cariño por los médicos. “Entre nosotras, en la unión comunal, nos vamos recomendado a los especialistas y ya sabemos quiénes son los mejores”.

El segmento de edad al que pertenece Mariela Cáceres, de mayores de 80 años, crece cada día más. Mientras que la esperanza de vida oficialmente es de 79 años en Chile, lo cierto es que va en aumento la cantidad de personas que superan las siete décadas, aunque comienzan a presentar enfermedades.

“A pesar de que Chile tiene alta esperanza de vida y la mayoría de los adultos mayores son autónomos, también concentran el mayor número de enfermedades crónicas. Uno va teniendo más años y la probabilidad de tener enfermedades también va aumentando. Alto porcentaje de las personas sobre los 70 años es hipertenso, o tienen diabetes, o presentan enfermedades al pulmón o a la memoria. Así también aparecen enfermedades menos graves, pero que son muy frecuentes, como las enfermedades de las articulaciones, en los huesos, y eso les hace sumar ciertas enfermedades de salud.  Esas personas se van a mantener independientes, pero las enfermedades empiezan a repercutir en su vida diaria y algunos de ellos empiezan a ser más dependientes”, explica a INTERFERENCIA el médico Gerardo Fasce, presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile.

A  estas enfermedades preexistentes, se suma que la mayoría de las consultas de los adultos mayores se centran en enfermedades respiratorias en el sistema público chileno (más de 76 mil consultas en 2016), lo que deja a los adultos mayores más vulnerables al Covid-19.

“Tampoco no se ha guardado la distancia adecuada en filas, como donde se cobra la pensión, supermercados, y también porque la población no lo ha tomado en serio. Yo tengo un familiar fallecido por coronavirus en Chillán, 39 años, una persona que al principio fue asintomático y que de la noche a la mañana cayó enfermo, porque la enfermedad no es exclusiva de la población mayor. Y por otro lado de mi familia, tengo a 4 familiares más enfermos de Covid, todos más jóvenes”, cuenta Víctor Figueroa, quien se mantiene en cuarentena en su casa.

“En resúmen, no estamos preparados por ningún lado”, concluye.

Bajos ingresos y pocos pasatiempos

Según el estudio del 2019 “Estructura de gasto y perfil de ingresos de los Adultos Mayores en Chile”, de Mauricio Apablaza y Felipe Vega, un tercio de los adultos mayores consultados afirma que sus ingresos no alcanzan para cubrir sus gastos básicos. El 38% de las personas mayores declara que sus ingresos mensuales son menores a 200 mil pesos y un 44% indica percibir un ingreso entre 200 mil y 499 mil pesos al mes. 

Ante este panorama, el médico Gerardo Fasce dice que es necesario que el estado se preocupe de asegurar que las personas en cuarentena tengan sus alimentos e insumos básicos. 

“El Covid-19 es una situación dramática que ya se suma a un ambiente que en general es bastante hostil para ser una persona mayor en Chile. Porque, desde el punto de vista de salud, lo más importante es que la persona mayor se quede en casa. Y esto tiene que venir de la mano con algo tan importante como eso, y es que para que esa persona se quede en casa, necesitamos cubrir todas sus necesidades, eso es fundamental, necesidades de suministros básicos, alimenticios y mantenerlos sanos desde el punto de vista emocional. Y ahí estamos trabajando con el Ministerio, apurando que salgan iniciativas, también con el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama)”, afirma Fasce.

El problemas de las bajas pensiones que entrega el sistema de AFP ha repercutido en la calidad de vida de los adultos mayores en Chile. Según cuenta Fasce, la salud de los mayores se evalúa de manera integral, tomando en cuenta su autonomía, su salud física, sus vínculos sociales y acceso a beneficios sociales y la salud mental de las personas. Las cuatro dimensiones son pilares importantes para una buena vejez.

“Por ejemplo, un factor importante para los adultos mayores son las actividades que les den disfrute. Porque para tener una buena calidad de vida tengo, primero, que cubrir mis necesidades básicas, y tener un delta de recursos para tener actividades que me generen disfrute. Una persona que ha envejecido bien, pero jubila y deja de tener espacios de disfrute, o su pensión no le permite darse ese espacio, esa persona va a comenzar a tener una mala vejez”, afirma el geriatra.

El mismo estudio de Apablaza y Vega evidencia que los adultos mayores tienen menor acceso de tarjetas de crédito y menos capacidad de ahorro que la población más joven. También, que 6 de cada 10 hogares de adultos mayores declara ingresos por subsidios del Estado. El principal gasto que declaran estas personas es en medicamento y salud. Es poco lo que dejan de sus ingresos para socializar o divertirse.

Hugo Lufi,de 90 años, seis hijos, 17 nietos y dos bisnietos, afirma que, en medio de esta cuarentena, se ha sentido atendido por su familia. Pero extraña su principal pasión: la hípica. El Hipódromo Chile, que está a 10 cuadras de su casa, se encuentra cerrado al igual que el Club Hípico. 

El «tata chino», como llaman sus nietos, dice que los tres momentos en que ha dejado de ir a las carreras en 65 años fueron: el día del golpe de estado, el 11 de septiembre de 1973, que lo pasó convaleciente mientras se recuperaba de una operación; para una inundación en la que los propios jinetes pidieron no seguir corriendo, porque era peligroso para ellos; y hoy, que se encuentra en su casa sin poder jugar, ya que las carreras se encuentran suspendidas hace tres semanas. 

Hugo se atiende en el sistema público de salud y recibe una pensión que le permite vivir, sin embargo, dentro de su grupo de amigas en el club de adulto mayor Crepúsculo, dice que hay quienes no tienen la misma suerte y que en muchos momentos la soledad es un elemento de la vejez. 

Rosemary tiene 74 años y vive en su departamento de Hualpén. Ha respetado la cuarentena y se organiza con una vecina para salir solamente cuando necesita comprar insumos y comida. Dice que, a pesar de estar encerrada en su hogar, se entretiene ordenando, hablando por teléfono y viendo películas. 

“Extraño a mis hijas, mis nietos, pero tengo que quedarme acá. Nos tratamos de auxiliar con una vecina y con otra amiga que vive sola, también en otro edificio cerca. La llamo todos los días, si necesita algo, porque hay que ser solidarios, es más riesgoso el virus para ella porque se operó de un cáncer. Yo por el momento estoy sana, me puedo mover, puedo salir a comprar una vez al día”, narra Rosemary.

“Y mi departamento tiene hartos ventanales, así que me entretengo mirando para afuera”, agrega, entre risas.

Rosemary ocupa su smartphone y está aprendiendo a usar Netflix durante esta cuarentena. Sin embargo, ella representa a un 30% de los adultos mayores, que según la encuesta Casen, ocupan internet. Esto no solo les permite pasar tiempo libre, sino que también informarse por fuentes variadas. A la hora de buscar noticias, la mayoría se queda con la televisión y la radio.

En su casa en Machalí, Ángela, de 83 años, dice que lo que más la entretiene es ver teleseries. Vive con su hijo, de 65 años, quien padece una enfermedad pulmonar tras trabajar toda su vida en minería. Por ese motivo, se han cuidado de mantener una cuarentena estricta. 

“Mi nieta nos llama harto, la Katy. Mi hijo sabe lo de los celulares así que hemos hablado por video, es entretenido eso. No sabía que se podía, pero ahí los veo clarito por el celular y conversamos. Se echa harto de menos a la familia, lo bueno es que igual no estamos abandonados”, dice Ángela.

Víctor Figueroa cree que la cifra de “analfabetos digitales” podría ser mayor y que esto podría afectar a aumentar el número de contagios con Covid-19 en adultos mayores.

“Estamos al debe en la información que ha llegado a los adultos mayores. Porque entre otras cosas, la información mayoritariamente ha sido digital, y estamos hablando de un segmento altísimo, que no accede a esa información. Porque las cifras no son claras, porque si una persona mayor paga una cuenta de internet, no significaba que usa internet, puede que lo use alguien que vive con él o ella. De los dirigentes sociales mayores, con los que me relaciono, pocos portan un buen celular que le sirva para trabajar. Por eso, cuando el gobierno difunde medidas, los que tienen televisión, los ven en la televisión, pero si no tienen, la información específica no les llega”, opina Figueroa.

Salud mental: una pata coja en Chile

Las cifras no son claras con respecto a la salud mental de los adultos mayores en Chile. Por una parte, no todos acuden a la psiquiatría ni a la psicología cuando se sienten mal, por una serie de prejuicios o porque creen poder controlar estos temas. Por otro, las cifras más extremas son los índices de suicidios, que por segmento de edad, lideran los mayores de 80 años en el país.

El suicidio es un fenómeno multicausal, aunque los especialistas creen que en los adultos mayores está directamente relacionado con su calidad de vida. 

“Las dimensiones que nosotros como especialistas evaluamos en una persona mayor son tres: una tiene que ver con la salud médica, si hay o no enfermedades; el segundo, tiene que ver con los aspectos sociales, como las pensiones; y la tercera, con el dominio mental. Y eso se separa en dos aristas, uno vinculado a la parte médica, que son personas con enfermedades de la memoria, y la otra tiene que ver con temas afectivos, y aquí es donde tenemos un tremendo desconocimiento en Chile, un subdiagnóstico, tanto en la depresión como enfermedades de ansiedad. Y eso, se expresa a veces en una determinación drástica y dramática, como un suicidio. Y vemos que las tres dimensiones están relacionadas, si yo tengo una enfermedad que no se trata, o una necesidad que no está resuelta, si estoy solo y no veo salida, aparecen decisiones de estas características”, explica Gerardo Fasce.

En 2018, un estudio del Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), reveló que los mayores de 80 años presentan con una tasa de 13,6 suicidios por cada 100.000 personas, una de la más altas del continente. Mientras que una encuesta sobre envejecimiento y trato a las personas mayores en Chile, del 2018, de la académica Diosnara Ortega, arrojó que el 34% de los ancianos encuestados se había sentido solo el último mes.

Para no exacerbar las emociones más negativas, el geriatra Gerardo Fasce recomienda mantener rutinas y planificar actividades junto a los adultos mayores, en sus hogares. También, conversar sobre lo que significa la cuarentena y aclarar que, aunque los adultos mayores están más vulnerables al virus, cualquiera puede contagiarse y todos los integrantes de la familia deben cuidarse.

El médico también aconseja que comunicadores, médicos y autoridades informen asertivamente sobre los contagios y fallecidos, haciendo énfasis en las personas y no, por ejemplo, en sus enfermedades previas.

“Hay una deshumanización, un fenómeno que nosotros llamamos edadismo, significa que en general el lenguaje que ocupamos para referirnos a las personas mayores es discriminatorio. Y ese es un tema super importante, porque todos hemos sido responsables de no corregir lo que estamos transmitiendo. Hay casos donde se ha hecho muy patente esto, que es el exceso de información y la cantidad enorme de información falsa que está circulando. Y ahí también hay que transmitir de manera adecuada, no podemos normalizar lo que estamos viendo o dar a entender que no importan las muertes de personas mayores. No son números, son personas”, aclara Fasce.

El gobierno dispuso de un número de teléfono para los adultos mayores, para hacer consultas sobre lugares de atención, síntomas o para hablar con especialistas en salud mental, que entreguen algo de compañía a las personas que están solas en cuarentena. 

Para Víctor Figueroa, estos teléfonos a veces son útiles, pero aún no son muy solicitados por los mayores, que muchas veces no están informados sobre su existencia.

“Hablé esta semana con una señora que había llamado al teléfono que dio el gobierno para ayudar de adultos mayores. Ella decía, entre bromas, que creía que la niña que la había atendido estaba más asustada que ella, que al final la tuvo que tranquilizar”

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