Los 70 años de la Villa Alessandri: el sueño de vivienda social de Alberto Hurtado
Por Rita Cox F.
Fuente: Pauta 09/01/2022
El arquitecto Cristián Undurraga rememora este hito urbanístico y social, que ocupó terrenos en lo que entonces se conocía como «Chuchunco» y hoy es Estación Central.
«La vivienda popular es, pues, deficiente en número, antihigiénica, antifamiliar, inmoral y, por tanto, anticristiana», decía a fines de la década de los 40 el sacerdote Alberto Hurtado. Chile tenía en ese entonces seis millones de habitantes y un poco más de un millón de viviendas. Más de 440 mil del total no contaba con agua potable; el 70% no tenía servicio higiénico y el 50% carecía de electricidad.
Ante esa crisis, Hurtado -hoy santo de la Iglesia Católica- no se quedó en la queja y convocó a un grupo de jóvenes para construir casas dignas para obreros, a través de una alianza pública y privada; la antesala para la política pública del subsidio habitacional.
El 21 de diciembre de 1951, hace 70 años, se inauguró la Villa Alessandri en Maipú (hoy el sector pertenece administrativamente a Estación Central), en lo que se conocía como «Chuchunco», con la entrega de las 50 primeras casas. Un hito urbano y social, que además, fue un referente de la arquitectura y la vivienda orientada a la vida comunitaria, proyecto que hasta hoy goza de buena salud.
«El tema de la vivienda social es acuciante hoy y es un problema mundial. Y, finalmente, la vivienda es la esencia de la dignidad humana. En Chile hay 2,5 millones de personas sin casa; un déficit habitacional sobre las 700 mil viviendas. En 2011 eran menos de 30 mil familias las que no tenían casa y hoy son más de 50 mil», dijo en conversación con Plaza Pauta, de Radio PAUTA, el arquitecto Cristián Undurraga, haciendo el contrapunto entre ayer y hoy.
Undurraga, que ha participado en los eventos conmemorativos de la inauguración de la Villa Alessandri, agregó que «más que la tipología específica de un tipo de casa, este proyecto deja como lección la vigencia del pensamiento del Padre Hurtado, que va mucho más allá de una visión católica. Su visión trasciende la religión. Es una visión ética y política. Cuando él dice que ‘la más imperiosa necesidad de la familia es la vivienda digna’, nos recuerda todos los días este tremendo déficit que tenemos y que hay que solucionar. Yo creo que parte del estallido social está ahí».
Con el impulso de la creación de la Sociedad Constructora de Viviendas Hogar Obrero, en Villa Alessandri se diseñó una casa sólida, de dos dormitorios, living, cocina y servicios, en un terreno de 100 metros cuadrados. Un proyecto que contemplaba 300 casas, cada una con un valor de $84 mil pesos, pagado en cuotas.
«Son casas muy sencillas, pero justamente en esa sencillez está realmente la belleza», dijo Undurraga. Explicó, además, que la escala humana de la arquitectura de Villa Alessandri es fundamental. «Una escala que permita que los vecinos se reconozcan y la apropiación de un determinado espacio, en este caso unos pasajes. La arquitectura en sí misma puede motivar una vida comunitaria, pero no es lo que hace la vida comunitaria. También es necesario que los habitantes tengan una vocación colectiva».