La "tragedia del desempleo": Expertos abordan el costo humano de perder el trabajo en una crisis económica

Por Patricia Marchetti Michels

Fuente: Emol.com 29/04/2020

De acuerdo a una serie de estudios hechos tras la crisis de 1929 y la subprime, los despidos en épocas de recesión aparejan una serie de repercusiones que podrían tardar incluso décadas en revertirse.

SANTIAGO.- «Vamos a tener un millón de chilenos sin trabajo», afirmó hace unos días el Presidente Sebastián Piñera al abordar el impacto del covid-19 en el mercado laboral chileno. Cifra que «podría ser mayor si no buscamos los mecanismos para evitar que esto siga escalando», sostuvo la ministra del Trabajo, María José Zaldívar, tras las palabras del Mandatario. Sea como sea, expertos y autoridades coinciden con que la tasa de desempleo subirá producto de la crisis y que, lo más probable, es que supere el 10%.

Sin embargo, una serie de estudios internacionales hechos tras la crisis subprime -y que revisó Emol– apuntan a que perder el empleo durante una crisis repercute de manera diferente en una persona, su familia y la sociedad, que si esa misma persona hubiera quedado sin trabajo en un periodo normal de tiempo.

Así, de acuerdo al análisis hecho por el Departamento de Estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2010, titulado como «La tragedia del desempleo», el costo humano de la desocupación no se limita sólo a pérdidas monetarias, sino que los despidos en plena crisis llevan aparejada una menor esperanza de vida y menores logros académicos e ingresos para sus hijos.

Respecto a los ingresos, los estudios citados por el FMI hablan de que «incluso 15 o 20 años después de perder su empleo durante una recesión, los ingresos de las personas despedidas son 20% más bajos que los de trabajadores en una situación similar que conservaron su puesto». De hecho, se destaca que «aun en países con sistemas de asistencia social más generosos y con menor desigualdad (como Alemania), los trabajadores no están protegidos de la pérdida permanente de ingresos causada por la desocupación».

En cuanto a la salud, «los despidos están asociados en el corto plazo a un mayor riesgo de ataques cardíacos y otras enfermedades relacionadas con el estrés. A largo plazo, la tasa de mortalidad de los trabajadores despedidos es mayor que la de trabajadores comparables que no perdieron su empleo». Todo esto, lleva a reducir la esperanza de vida entre 1 a 1,5 años.

«A largo plazo, la pérdida de ingresos de los padres también reduce las perspectivas de ingresos de los hijos. Se estima que los niños cuyos padres fueros despedidos tienen ingresos anuales casi 10% más bajos que los hijos de personas empleadas»

«La tragedia del desempleo» (2010), Fondo Monetario Internacional

Siempre bajo el análisis de lo sucedido tras la Gran Depresión (1929) y la subprime, el FMI expone que «la pérdida de empleo puede reducir el rendimiento académico de los hijos de los desempleados: los niños cuyos padres se quedaron sin trabajo tenían una probabilidad 15% mayor de repetir de grado».

Por otro lado, y tal como mencionó la economista Andrea Repetto en una columna publicada en El Mercurio, «los jóvenes que ingresan al mercado laboral en una situación recesiva demoran más en encontrar su primer empleo y obtienen ingresos que son menores, por al menos 10 años, que los jóvenes comparables que tuvieron la suerte de graduarse de sus estudios en tiempos normales».

Así, considerando todos los factores y efectos, el desempleo de larga duración «puede convertirse en un fenómeno estructural», según el FMI, donde incluso la pérdida de confianza personal al no poder encontrar trabajo genera que individuos queden disociados de la fuerza laboral generando un problema de más largo plazo todavía.

7,8% tasa de desocupación de Chile en el trimestre móvil diciembre-febrero

Y es sobre este escenario base -recabado de las experiencias de las crisis anteriores- sobre el cual hoy se debate el desempleo en Chile y el mundo, y donde todos los países buscan con sus distintas estrategias y alternativas poder contenerlo. Frente a ello, Emol conversó con dos expertos en materia laboral que, desde sus distintas veredas, abordaron la complejidad y las repercusiones del desempleo en una época de crisis económica.

Mayor pobreza, mayor desigualdad

«Las personas que sufren el desempleo son las personas jóvenes y los grupos vulnerables, eso es algo histórico y con una crisis eso se agranda», comenta David Bravo, economista experto en materia laboral y director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la PUC.

«Un problema importante es que la gente que es pobre o que es más vulnerable, el desempleo los golpea mucho más duramente y considerando que es una situación estructuralmente compleja, por cierto que se vuelve más difícil de cambiar», dice y expone: «La tasa de desempleo a nivel país es 7,8% según el último dato del INE, pero si nos vamos al 10% con menor ingreso el desempleo es 29%; si nos vamos al 10% de mayores ingresos, el desempleo es 2%. O sea, con cualquier tasa de desempleo que tengamos, el porcentaje más pobre de la población va a estar golpeado doblemente o mucho más incluso».

De acuerdo al último informe de la Cepal, en América Latina y El Caribe la tasa de pobreza aumentaría 4,4 puntos porcentuales durante 2020, pasando de 30,3% a 34,7%, lo que significa un incremento de 28,7 millones de personas en situación de pobreza. Por su parte, la pobreza extrema crecería del 11% al 13,5%, aumentando en 16 millones de personas 

Asimismo, «esta crisis afecta a las personas según su estado de salud (…), cuando tú miras quiénes son las personas que tienen condiciones como para sobrevivir o morir, de nuevo, esto está muy desigualmente distribuido. Por ejemplo, si yo tomo a personas mayores de 50 años que tienen alguna condición previa (diabetes, cáncer, enfermedad coronaria, etc.), eso es un 42% en la población. Si tomo a las personas del 10% inferior, el porcentaje es 48%, y en las del 10% superior, es 31%. Es decir, en general, el estado de salud es peor también en aquellos grupos más vulnerables».

Así, ante «este doble castigo», Bravo recalca que serán las familias más vulnerables las más golpeadas por la crisis y que, finalmente, lo que se va a generar producto del desempleo es que lamentablemente habrá mucha más pobreza» (8,6% según la última Casen). «En el fondo, las personas que hoy están entre los tres y cuatro deciles inferiores, son personas que van a empeorar gravemente su situación». habrá mucha más pobreza» (8,6% según la última Casen).

«El desempleo impacta más en un periodo de crisis, más allá de las razones económicas, porque la posibilidad de volver a emplearse se reduce drásticamente. Además, las personas tampoco cuentan con las redes de apoyo emocional debido a las limitantes del distanciamiento físico. Eso es un tema complejo por el lado de la salud mental de las personas»

Claudia Mora, académica e investigadora del Centro Sociedad Tecnológica y Futuro Humano de la U. Mayor

Otro tema que «definitivamente lo más probable es que ocurra» según el economista, es que «la desigualdad va a aumentar». Ello, «porque las condiciones para enfrentar una crisis de esta naturaleza van a ser muy distintas entre el grupo de más altos ingresos y el más bajo.Y no me refiero solamente al 10%, sino que probablemente a la mitad de la población, donde existen un poco más de condiciones para mantenerse a flote».

«En la práctica, cuando miremos esto para atrás, es bien probable que tengamos mucha más desigualdad y mucha más pobreza», dice Bravo, aunque recalca que todo dependerá de las medidas y políticas que se implementan para amortiguar el shock del virus.

La informalidad como «estrategia de sobrevivencia»

Claudia Mora, doctora en Sociología e investigadora del Centro Sociedad Tecnológica y Futuro Humano de la Universidad Mayor, recalca que «claramente la situación será más dramática para uno que para otros» y que son los trabajadores informales e independientes los que tienen mayores riesgos ante la crisis.

En ese sentido, la académica destaca que entre trabajadores informales se concentra un gran porcentaje de mujeres, «entonces la crisis y el desempleo en particular va a tener un impacto mucho mayor en las mujeres que en los hombres en términos del tipo de trabajo que realizan».

28,8% tasa de informalidad de Chile en trimestre diciembre-febrero. La de mujeres alcanzó el 30,7% y la de hombres un 27,4% 

Para Bravo «el empleo informal es una estrategia de sobreviviencia de las personas». Por ejemplo, agrega, «en el año ’83 si bien la tasa de desempleo estuvo en el orden de 20%, la estimaciones que habían eran que esa tasa había llegado incluso del orden del 30% especialmente cuando se consideraba a la informalidad. La informalidad es una forma de absorber esa falta de empleo formal».

«El problema es que en Chile ya tenemos una tasa de informalidad alta, que no hemos logrado bajar sustantivamente. Esto se viene discutiendo en Chile hace mucho tiempo, desde siempre, por lo menos de manera formal desde el año 2008 en la comisión Meller. Han pasado más de 10 años y no ha mejorado. Nos ha costado mucho como país bajar esa precariedad y vamos a tener que poner harto énfasis en ver cómo logramos revertir, por lo menos en parte, el proceso del alza que veremos», enfatiza.

«Esta crisis nos va a pegar en un punto donde nos va a doler, porque efectivamente ya partimos de un nivel de informalidad alto (28,8%). En una crisis, esta estrategia de sobrevivencia del empleo informal es algo que va a pasar porque la alternativa es no tener ingresos»

David Bravo

Consultado por hasta cuánto ve que podría llegar la tasa de informalidad producto de la crisis, Bravo considera que no es responsable hacer una proyección de ese tipo, pero sostiene que «en los escenarios que tenemos que considerar en el futuro, hay uno cuya probabilidad esperamos que sea baja, pero donde hay un altísimo desempleo como el que tuvimos en los ’80 -donde la tasa superó el 20%-. Hay que considerarlo, porque lo único que sabemos es que no sabemos cuánto va a durar esto y cuál será su profundidad».

– Pero entonces ¿sobre qué escenario se está trabajando?

«Es prudente que nos preparemos para un escenario malo y uno muy malo. Creo que nuestra meta, al igual que en el área de la salud, va a tener que ser aplanar esta curva de desempleo, de informalidad, de pobreza, que obviamente se nos viene por delante».

«Subir tres puntos en los próximos meses es algo lamentablemente muy factible por la magnitud de la crisis. Una tasa de 10% me parece a mí un escenario muy probable, lo difícil es decir cuán más alto va a subir el desempleo, pero hablar de un millón de personas es un escenario lamentablemnte muy probable»

David Bravo

– Y cuando el Presidente habla de «un millón de desempleados», ¿ese es el escenario «malo» o el «muy malo»?

Los niños: «Las víctimas silenciosas»

Ante los estudios citados al inicio de esta nota, Mora indica que «la condición de precariedad de los padres va a ser trasladada a los niños en un periodo mucho más extenso que el que realmente dure la crisis». En ese sentido, recalca que «dado que las trayectorias de vida de las personas en Chile están fuertemente marcadas por su origen social, en estas condiciones de crisis un mayor número de población crecerá en condiciones precarias y eso, al final, marca el destino de todo el país».

Bravo, citando una serie de análisis que se han hecho en Chile, dice que «la evidencia muestra que la desigualdad se gesta en los primeros 5 años de vida». Así, «siguiendo a dos niños sanos en el tiempo, dependiendo del lugar donde nacieron, las habilidades que desarrollan y los aprendizajes que tienen son distintos dependiendo del lugar donde están. A los 5 años ya la brecha que hay entre el 20% más rico de los hogares y el 20% más pobre es de la misma magnitud que después vamos a encontrar en la prueba Simce y la PSU».

«¿Por qué menciono esto? porque cuando tú vas a ver qué pasa en esos hogares, en los grupos más pobres hay hogares donde típicamente sólo está la madre, que tiene hijos pequeños y que además tiene que trabajar. Entonces el estrés de una familia hoy día, en una crisis, es el doble cuando la persona que tiene que estar trabajando no puede porque no puede salir a la calle», expresa el economista.

«Esa situación va a estresar a esas familias y eso sí tiene repercusiones de largo plazo, porque ahí es donde se gesta la desigualdad de la que después nos lamentamos. Lo que más me preocupa es que el golpe del coronavirus para esos niños menores de 5 años de hogares vulnerables va a repercutir en toda su vida, esto tiene que ver con décadas, porque la brecha se gesta en lo que te ocurre en esos años y los estudios muestran que después es muy difícil recuperar esa brecha. Esos niños hoy, que son los adultos de dos décadas más, son las víctimas silenciosas de esta situación».

De esta forma, la doctora en Sociología de la U. Mayor remarca que la pandemia y su shock «definitivamente marcará un cambio de época, va a ser un punto de inflexión no solamente en términos laborales, sino que históricamente en términos sociales, donde va a ser muy difícil volver a lo que eran muchas cosas antes».

«Cuando hay estos cambios de época siempre hay posibilidad e avanzar, de que salgamos fortalecidos, pero también existe la posibilidad de que los derechos y protecciones que hemos ganado en los avances sociales, se pierdan. Esto puede ser un punto de inflexión para mejor, pero también puede ser un retroceso».

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