Vecinos rechazaron construcción de mall en Las Condes a través de plebiscito en el que ganó el NO
Ayer nuevamente los vecinos organizados, esta vez de Las Condes, lograron un triunfo ciudadano, tal como el 15 de marzo de 2009 los vecinos de Vitacura habían logrado parar las modificaciones al Plan Regulador de su comuna. Para evitar las construcciones en altura.
Los vecinos del Barrio Martín de Zamora democráticamente rechazaron la construcción de un Mall en su barrio. En el plebiscito participaron 1.579 personas, 65,67% de las cuales se mostraron contrarios al proyecto votando NO.
Esto demuestra que los habitantes organizados pueden resistir las presiones inmobiliarias y de los poderosos grupos económicos. Aquí hay claros reflejos de ciudadanía activa y de ejercicio del derecho a la ciudad, que esperamos se replique en otros territorios, no sólo para resistirse a proyectos que afectan a los barrios, sino también para levantar sus propias propuestas. Es de esperar que la orgzanización de los vecinos se mantenga y se consolide en el tiempo. Les dejamos algunos links de cómo se cubrió la noticia.
Información en La Tercera
Información en TVN
Perdió el establishment en Las Condes
Ayer domingo se realizó una consulta ciudadana a los residentes que viven en los alrededores del terreno de 3 hectáreas que Cencosud compró a las monjitas españolas del Colegio Nuestra Señora del Pilar. El predio enfrenta las calles Cristóbal Colón y Martín de Zamora, más al oriente de Américo Vespucio Sur y sus promotores, especialistas en marketing, hicieron un trabajo a presión y muy convincente, con ayuda municipal, para que los votantes emitieran sus sufragios acorde a sus intereses
El imperturbable alcalde, con inusitado despliegue de prensa, se la jugó por la consulta que decía “¿apoya Ud. la iniciativa de construir un centro comercial igual al que ha sido expuesto a la comunidad entre el 20 de abril y el 5 de junio de este año en los terrenos del ex colegio Nuestra Señora del Pilar?”. Es decir, los vecinos que viven en el área conformada por las calles Del Inca, Sebastián Elcano, Colón, Félix de Amesti, Soria y Albacete, circundante al proyecto, estaban habilitados para expresar en las urnas si apoyan o rechazan la ejecución del mega centro comercial –mall– en su barrio residencial. Nótese que la pregunta impresa omitía la palabreja de origen inglés que se utiliza en Chile para llamar a este tipo de grandiosos comercios.
El proyecto, que adoptó el amigable nombre de “Jardines de Colón”, contempla 30.000 m2 de construcción sobre la superficie del terreno y un poco más de 80.000 m2 en 4 niveles bajo tierra. Para que los clientes de este lujurioso tabernáculo del sobre consumo dispusieran de todas las facilidades de acceso, se consideraron 2.200 estacionamientos subterráneos. Como vemos, se trataba de un equipamiento mayor, acorde a lo establecido en el artículo 2.1.36. de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), instrumento normativo vigente desde el año 1992 que fija las condiciones de emplazamiento de las construcciones según los tipos de vialidades que enfrentan. A mayor carga de ocupación, como es lógico, mayor amplitud del espacio público de circulación vehicular.
La OGUC diferenciaba dichas escalas de equipamiento en tres, según el volumen de las construcciones, sus niveles de ruido y flujos vehiculares que generan. Asimismo precisa, por sus particularidades, las denominaciones de las calles: de mayor a menor importancia se llaman expresas, troncales, colectoras, de servicios y locales, recordando que el artículo aludido fue modificado por el Minvu, en mayo de 2009. En efecto, para flexibilizar sus exigencias las otrora tres escalas de equipamiento se han transformado en cuatro.
Hasta mayo de 2009, un año atrás, la OGUC consideraba solo los equipamientos mayores, medianos y menores: ahora agregaron el básico. Antes los equipamientos mayores necesariamente tenían que enfrentar al menos una vía expresa y en la actualidad, gracias al flexible cambio, también pueden enfrentar una vía troncal. Este cambio se hizo para salvarle la vida a Costanera Center, también del avasallador Cencosud, proyecto que no enfrentaba una vía expresa, sino tan sólo una vía troncal.
Ahora bien, en el Plan Regulador de Las Condes se describe el Área E-e1 que corresponde a Edificación Especial Nº 1, Equipamientos. Estos sectores están constituidos por los terrenos y las edificaciones destinadas a complementar las funciones urbanas básicas, acorde a lo fijado en la Ordenanza del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS), instrumento normativo de mayor jerarquía vigente desde 1994.
El Área E-e1 de esa comuna está conformada por 3 tipos de Equipamientos: 1) Equipamientos en el PRMS, 2) Equipamientos Comunales Comerciales y de Servicios, 3) Equipamientos Comunales Culturales. El terreno de la discordia que acogía a un colegio y que en la actualidad le pertenece a Cencosud está listado en los Equipamientos Comunales Culturales, lo que quiere decir que el terreno no es apto para un fin comercial. Asimismo hay que tener en cuenta que tanto Colón como Martín de Zamora son vías colectoras muy congestionadas, sobre todo en las horas de mayores flujos vehiculares, lo que es padecido por quienes viven en sus inmediaciones y conocido por los técnicos que se desenvuelven en el sector transporte.
Por la evidencia anterior, a partir del año 2007, distintos funcionarios municipales y del ministerio de Vivienda y Urbanismo, por escrito, habían rechazado las solicitudes de anteproyecto del mall, pero los arquitectos de esa empresa persistían en sus falaces argumentaciones para que dicha municipalidad, finalmente por cansancio, autorizara esa construcción de 110.000 m2 sobre y bajo el nivel natural del suelo. El Director de Obras, el Asesor Urbano y el Seremi de Vivienda y Urbanismo, con diferentes énfasis, habían manifestado a los pedigüeños actores privados que el proyecto, por sus abultadas características, era inviable, asunto que sabía muy bien el alcalde por su condición de flamante empresario inmobiliario.
Como vemos, el uso de suelo no permite el emplazamiento del mall y por ser colectoras las dos vías que lo enfrentan, imposibilitan su ejecución. Si nuestra institucionalidad fuera seria no estaríamos hablando de este negocio, ni menos se hubiera efectuado la consulta, pero no podemos perder de vista que en nuestro querido país todo es posible con ardides y con buenas relaciones. Por ello nos ha extrañado sobremanera que seamos miembros activos de la severa OCDE, organización internacional que promueve las sanas prácticas comerciales.
Pues bien, para solucionar el inconveniente legal que imposibilitaba el negocio, se inventó la fórmula de la consulta, con la seguridad de que con plata se iban a comprar las voluntades de los electores. Con este hipotético resultado favorable, sería muy fácil modificar el uso de suelo del terreno, por tratarse de una decisión local, pero en ningún caso para obviar la exigencia vigente relativa a que este tipo de equipamientos deben enfrentar necesariamente vías expresas o troncales, lo que, como dijimos, no se da en la especie.
Las normas de la OGUC están bajo la tutela del Minvu y éste podría modificar nuevamente esta normativa de alcance nacional, en orden a posibilitar que los equipamientos mayores puedan enfrentar vías colectoras. Pero lo creemos difícil porque la ministra Magdalena Matte ya ha informado a la opinión pública que bajo su mandato se terminó el recreo.
Lo que hemos dicho está en conocimiento de todos, pero consideramos inaceptable que el locuaz concejal Carlos Larrain, presidente de RN, se haya mantenido en silencio durante todo el proceso, avalando así la mentira urdida por la asociación fáctica Cencosud- Municipalidad de Las Condes.
En síntesis, la consulta fue fulera, pero a pesar de ello los vecinos del sector, sobreponiéndose a las presiones mercantilistas, dijeron NO y ganaron por paliza a los afuerinos.
Pingback: Asamblea ciudadana de Magallanes y la emergencia de los movimientos sociales urbanos, ciudadanos y territoriales en Chile | Instituto de la Vivienda INVI FAU UChile
De que valio tanta lucha, igual la municipalidad y la empresa, se pasaron por la raja la opinion de los vecinos. nada mas que decir
Pingback: Asamblea ciudadana de Magallanes y la emergencia de los movimientos sociales urbanos, ciudadanos y territoriales en Chile
Pingback: En Las Condes ganó el NO « VerDeseo
Efectivamente podríamos afirmar que una vez más la participación activa de los vecinos organizados ha ganado una nueva batalla para hacer valer sus derechos como ciudadanos y al mismo tiempo exponer su opinión sobre la ciudad en la cual quieren vivir.
Sin embargo, nuevamente sucede que la forma en que el Municipio ha promovido esta “participación”, al plantearla en blanco y negro, deja sin resolver el problema principal, en este caso: ¿Qué hacer con el terreno del ex colegio Nuestra Sra. Del Pilar en Las Condes?
La comunidad que se manifestó con su voto, rechazó la construcción del Mall o Centro Comercial (como se señalaba expresamente en el voto), porque eso era lo consultado, no tenía otra opción. La pregunta se refería a la aprobación o rechazo a un proyecto igual al que se había mostrado a la comunidad por un cierto tiempo, pero esta negativa no resuelve el tema del uso de suelo, mantenerlo como está (Equipamiento Comunal Cultural) o cambiar de uso, y de cambiar, a que uso, con qué condiciones?.
Por otra parte también me parece que vale la pena preguntarnos sobre que estamos entendiendo por participación, en este caso al parecer dos cosas, que a mi juicio son insuficientes. En primer lugar, la participación ha sido entendida como la entrega de información a la comunidad respecto de un Proyecto desarrollado, en el cual no tuvieron ninguna injerencia en su elaboración, tal vez un poco en este período de exposición al público, es lo que llamaríamos una información “sobre hechos consumados”, por tanto de participación casi nada. En segundo lugar la participación se plantea como una consulta ciudadana que como ya decíamos no resuelve el problema de fondo, por tanto este instrumento más bien desacredita la participación en vez de promoverla. Demás está decir que tampoco queda claro cuáles fueron los criterios para determinar el área afectada (que determinaba el universo de votantes), ¿Porqué los vecinos al sur de Colón, que enfrentaban el proyecto no tenían derecho a voto???
También es importante considerar el esfuerzo de la comunidad y el costo de la consulta, que dicho sea de paso lo pagan todos los habitantes de la comuna, como señalaba en la entrevista de Extensión de la FAU, no sería mejor incluir la participación desde el inicio, durante todo el proceso y así evitar llegar a un punto en que hay que iniciar todo de nuevo. Ojalá que la comunidad aproveche este impulso y se mantenga organizada y plantee sus posiciones y exija un espacio en las grandes decisiones urbanas, es cada vez más claro el imperativo de trabajar “con la comunidad, no sólo para la comunidad”.
Por último es de esperar que estas experiencias fallidas no desaliente a muchos otros municipios que aún no han iniciado un proceso de incorporar la participación ciudadana en la gestión urbana, es absolutamente necesario seguir alentando a la ciudadanía a atreverse, a organizarse, a informarse, a creer que se puede. Al mismo tiempo es necesario explorar nuevas formas de promover participación, nuevas formas que incorporar a la ciudadanía, nuevas formas de simplificar los lenguajes técnicos y gráficos, desarrollar nuevas metodologías, en estos ámbitos como académicos nos cabe una reflexión y aportes para contribuir a la construcción de ciudades más participativas y equitativas.
Viviana fernández
Académica FAU U. de Chile