Día del Urbanismo: los nuevos desafíos en la transformación de los territorios
Por Pía Monardes
Fuente: El Mostrador 08/11/2020
Hace tan sólo dos semanas, vivimos una de las votaciones con mayor participación en la historia de Chile. 7.562.173 personas salieron de sus casas a los locales de votación distribuidos en las 346 comunas que componen nuestro país. Cada lápiz azul fue la respuesta contundente a las demandas por una mayor participación ciudadana que hace años exige la ciudadanía a escala nacional, comunal y vecinal.
Este domingo 8 de noviembre conmemoramos el Día del Urbanismo desde un prisma totalmente distinto al que teníamos hace un año. En medio de una pandemia mundial y de un histórico Proceso Constituyente, hoy confirmamos que los territorios son los espacios donde se detonan los necesarios cambios sociales para un Chile que busca transformaciones; donde el acceso a la vivienda adecuada y la integración social urbana pueden ser determinantes, literalmente, en la vida o muerte de las personas; y en donde la organización de las comunidades se transforma en la primera línea de contención para quienes más están sufriendo los costos de la crisis económica y social.
El urbanismo hoy lo conmemoramos desde los dolores que deja la histórica huella de la desigualdad en nuestro país y la persistente desconfianza entre unos y otros. No por nada entre los factores de aumento de la participación en el Plebiscito Nacional se alza la voz de las personas que viven en los sectores más pobres de Chile, según el informe publicado por Espacio Público la semana posterior a la votación.
Sin embargo, vemos con ilusión y con ganas de acción cómo desde la participación social se construyen las herramientas para empezar a fortalecer los vínculos que sostienen Chile con miras a una necesaria cohesión social. El urbanismo es una disciplina que debe ir de la mano con los cambios que piden las comunidades en materia de desigualdad, desconfianza, integración, protección del medioambiente, inclusión y género. La construcción de viviendas, barrios y ciudades ya no puede hacerse sin poner en el centro a quienes las habitan, convocando, escuchando y aplicando en sus procesos de diseño, construcción y mantención sus necesidades y anhelos.
En la medida que intencionemos los espacios como oportunidades para mejorar la calidad de vida de las personas, los proyectos urbanos terminarán siendo los verdaderos caballos de Troya que detonen procesos sociales a favor de sus territorios.
Desde la experiencia sabemos que los territorios son los espacios donde se pueden generar las transformaciones que fortalecerán los cimientos del proceso constituyente que comenzamos este 25 de octubre. El diseño y la planificación de nuestros territorios y ciudades, donde el centro sean las personas, es un imperativo para asegurar el bienestar y el derecho a la participación de todos y todas quienes habitamos un Chile en transformación.
* El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.