Accesibilidad Universal: ¿Está realmente implementada en los edificios chilenos?

Por Santiago Parro Borbolla

Fuente: Pauta 21/04/2023

En Radio Pauta, Andrea Boudeger, directora y socia de BAU Accesibilidad Universal, dijo que «la accesibilidad en el entorno tiene que ver con medidas y arquitectura».

La situación descrita en la durísima carta publicada por Mario Kreutzberger en El Mercurio a principios de semana ha sido tema de conversación, de debate, de enojo y de pedir explicaciones. En la misiva, el animador denunció lo que califica como «desastroso servicio para personas con discapacidad en el aeropuerto de Santiago».

La pregunta es, entonces, cómo debiese ser un buen servicio, atendiendo a que el 4 de marzo de 2019 comenzó a regir el plazo para que todos los edificios de uso público y privado que presten servicios a la comunidad sean accesibles, es decir, utilizables de forma autónoma por personas con algún tipo de discapacidad.

En Plaza Pauta, de Radio Pauta, conversamos con Andrea Boudeger, directora y socia de BAU Accesibilidad Universal, para analizar este tema y ahondar en profundidad en los detalles.

Accesibilidad Universal: ¿Está realmente implementada en los edificios chilenos?

Al ser consultada sobre a qué se dedica BAU Accesisbilidad, Andrea Boudeger señaló que «nosotros somos una empresa B. Dentro de lo que hacemos nosotros, trabajamos lo que se llama el ecosistema de lo que se llama accesibilidad universal. Por un lado, está la gestión y servicio detrás de adaptar como arquitectos los entornos accesibles. Detrás de eso están las personas, por lo tanto, también capacitamos».

A juicio de la arquitecta, lo que debiese ofrecer hoy un edificio de uso público y privado para personas con movilidad reducida u otro tipo de discapacidad, es, según el decreto, «muy simple. Lo que dice es que una persona con discapacidad o movilidad reducida debe poder hacer uso de todos los entornos. Desde que entra y sale».

«La accesibilidad tiene que ver con el entorno. Hoy día se define que la discapacidad la entrega el entorno. Es decir, una persona con una condición física no puede hacer de manera autónoma la actividad por el cual está concebido ese diseño y ese entorno, resulta que se transforma en una persona con discapacidad, porque resulta que es el entorno que le entrega las facultades de independencia», mencionó.

En esa línea, en relación a la situación de Nuevo Pudahuel, Boudeger dijo que «hay que tener claro lo que dice la normativa, y lo que habla el servicio. La normativa está bien. El edificio del aeropuerto yo diría que es un lugar accesible. Tiene baños, tiene las rutas tiene los espacios. Que haya que caminar dos kilómetros tiene que ver con la magnitud de un aeropuerto».

Sin embargo, expresó sus reparos. «De nada sirve un edificio accesible, si los procesos y la atención al cliente no están enfocados en las personas. Si tengo que caminar 200 metros para ir a buscar una silla de ruedas, es porque no estoy pensando en esa persona. Si tengo que caminar dos kilómetros, el servicio se tiene que adelantar a la necesidad de las personas con movilidad reducida y debe tener un plan de acción concreto», señaló.

La socia de BAU señaló que «cada edificio construido tiene un fin, un modelo de negocio. En el caso de un restaurante. Yo puedo tener accesible el baño, los accesos, las mesas, los lugares, pero si yo quisiera tener un servicio centrado en las personas podría tener un código QR que lo pueden leer los celulares para que las personas ciegas puedan escuchar o un menú en braile o una atención mediante señas. La accesibilidad en el entorno tiene que ver con medidas y arquitectura».

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