Programa de espacios patrimoniales versión 2.0

por Dalia Rojas
Este año también pueden postular barrios y áreas urbanas tradicionales y consolidadas.
Cuatro sectores emblemáticos de la capital han sido rehabilitados desde 2001. Otros cuatro comienzan su recuperación este año. Todo gracias al programa de Espacios Públicos Patrimoniales, que en 2007, amplió su enfoque e inversión.

La Calle Pío Nono, en el corazón del barrio Bellavista va a cambiar su rostro: sus desordenadas veredas se transformarán en un amplio boulevard. No es el único que se someterá a un “fashion emergency”. También lo harán los antiguos pasajes de adoquines ubicados en el centro de Santiago, Lucrecia Valdés y Hurtado Rodríguez; la Plaza de Armas de Talagante –una de las tres plazas circulares existentes en Chile- y la calle Monterrey, en la tradicional comuna de Conchalí.

Continúa…


Estos cuatro proyectos de rehabilitación patrimonial se ejecutarán durante este año, luego de haber sido postulados por sus respectivas municipalidades al Programa de Espacios Públicos Patrimoniales, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, que este año amplió su enfoque y los montos de inversión. Y además cambió de nombre: Programa de Espacios Públicos Concursables.

No sólo patrimonio

Y es que ahora el Minvu no sólo mejorará barrios de carácter patrimonial, sino que financiará obras de rehabilitación y consolidación de espacios públicos en sectores emblemáticos de áreas urbanas y zonas ubicadas en sectores deteriorados o de escasos recursos, a través de la ejecución de obras de mejoramiento.

“Creemos que los proyectos deben gatillar una dinámica de crecimiento o potenciar algo que ya estaba, como lo que se está haciendo en el barrio Bellavista”, explica el seremi del Ministerio de Vivienda, Nelson Morales. Y agrega que ampliar el programa a otros espacios públicos responde a que muchos lugares que no tenían características históricas se quedaban sin la oportunidad de ser mejorados. “Ahora el Programa de Espacios Públicos se amplía a otras zonas a partir de este año, donde el sentido fundamental está puesto en el rescate del concepto de barrio”, dice.

Financiamiento compartido

Otra de las novedades que trae este año esta iniciativa es que se amplió el tope en el costo de la obra. Ésta pasó de 15 mil UF a 30 mil UF por proyecto. Un 90 por ciento de esa cifra la pueden obtener del Ministerio de Vivienda, mientras que el diez por ciento restante debe ser aportado por cada municipio que postule un proyecto. También pueden enviar sus propuestas organizaciones sociales, civiles o vecinales, pero a través del alcalde de cada comuna.

Pese a que los proyectos ya no son sólo patrimoniales, la evaluación de éstos dependerá de factores como la vinculación a una zona histórica o tradicional, según explica el seremi de Vivienda.

“Eso es importante de ver, sobre todo a partir de lo que ocurrió en Valparaíso. El Ministerio está avanzando en la gestión urbana y en la conservación histórica, que tiene que ver con materializar el sentido de declarar algunos inmuebles de conservación histórica. Vamos por un rescate del patrimonio y en esa línea este programa hace un tarea bien interesante”, explica Morales.
Fuente: La Nación

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