Para aislar una vivienda social se necesita diseño e ingenio

Reproducimos artículo publicado en Ediciones Especiales Urbanismo y Construcción del Mercurio, donde fue entrevistado Ricardo Tapia, académico del Instituto de la Vivienda

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por Oriana Olivos Marín

Si bien resulta caro aislar térmicamente una vivienda social, es posible enfrentar el problema desde el diseño arquitectónico para cumplir con la exigencia.
Chile puede tener una vivienda social confortable térmicamente. Por lo menos así lo piensa el académico del Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile (INVI) Ricardo Tapia Z.

«Estamos preparados para ello. Las condiciones económicas han mejorado y este país es el único en Latinoamérica que cuenta con un vasta política de subsidio que permite aumentar la inversión en estándares térmicos».

Dice el experto que también ha disminuido mucho el déficit habitacional (en 1990, 1.200.000 familias no tenías casa y hoy sólo 500.000), permitiendo concentrarse en la calidad de la construcción más que en la cantidad.

Sin embargo, para que se derriben ciertos mitos, como el hecho de pensar que el confort térmico sólo se relaciona con un tema de materiales y no con un conjunto complejo de variables, falta mayor esfuerzo.

Según estudios del INVI uno de los problemas que enfrenta la vivienda chilena tiene que ver con un deficiente comportamiento térmico, fenómeno que se manifiesta en invierno por bajas temperaturas y alta condensación superficial en los muros, y en verano, por sobrecalentamiento interior.

Comenta el experto que este problema se origina, principalmente, por no considerar en el proceso de diseño las características climáticas del lugar del emplazamiento, las reales necesidades del habitante y los requerimientos de mantenimiento y administración del edificio o de la casa.

Para superar estos problemas, los expertos recomiendan, luego de acuciosos estudios empíricos, emplazar la vivienda en el terreno considerando la orientación y el recorrido del sol. «La idea es asegurar un mínimo de horas/sol diarias en cada recinto habitable de la vivienda evitando las orientaciones que dan al sur».

Fijarse en las normas

También conviene considerar elementos de protección y control de la radiación solar para evitar sobrecalentamiento en verano, principalmente en vanos norte y poniente que permitan controlar las ganancias térmicas en verano aprovechando dicho aporte térmico en invierno. Esto considera esencialmente elementos de protección frente a ventanas y/o balcones, como celocías, quebrasoles y vegetación).

Argumenta Tapia que es esencial, antes de construir, incluir elementos que generen sombras usando la vegetación en forma intencionada y/o elementos que produzcan el mismo efecto.

No está demás contemplar en el diseño el uso de sistemas pasivos o activos de control ambiental que permitan, en el invierno, la captación y la acumulación de calor durante el día para liberarlo, distribuyéndolo hacia el interior de la vivienda, durante la noche.

Estas son sólo algunas alternativas.

Fuente: ediciones especiales El Mercurio Jueves 19 de Abril de 2007

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