Adiós a Adriana Hoffmann y el loteo de predios rústicos y declaración de áreas protegidas
Por Peter Hartmann, Coordinador Coalición Ciudadana por Aisén Reserva de Vida
Fuente: El Divisadero 22/03/2022
Mientras pienso en que escribir esta semana, llega la noticia de que la gran y admirada mujer, bióloga, botánica, activista ambiental, Adriana Hoffmann Jacobi, emprendió viaje a las praderas floridas y bosques del más allá. La recordaremos con mucho aprecio en sus obras, que tenemos siempre a mano por acá, “La Tragedia del Bosque Nativo”, “Flora Silvestre de Chile”, “De como Margarita Flores puede cuidar su salud y ayudar a salvar el planeta” y otras. Sin duda fue una precursora ambiental nacional, una científica ejemplo, que se la jugó en la defensa de lo que amaba y que sin su labor el bosque chileno estaría a mucho más maltraer de lo que aún está.
Algo de polémica y preocupación se ha levantado desde hace algún tiempo con la cantidad de loteos de predios rústicos “patagónicos” cuyas parcelas se venden bien hasta en el mercado internacional. Entre los predios loteados hay de todo; nos hemos encontrado con laderas de bosque en lugares más o menos inaccesibles, humedales y cercanías de áreas protegidas, lo cual a veces me recuerda al plan de colonización de Melimoyu. Ese, en que los ingenuos colonos llegaban a “su campo” en el barco, trayendo bicicleta, refrigerador y TV y atónitos se encontraban de que era un cerro escarpado. También, en como el Estado tuvo que entrar a salvarlos o hacerse olímpicamente el leso. Acá pasa algo parecido, ya conocemos varios casos de gente citadina de más al norte que compran uno de esos terrenos como inversión o como su paraíso patagónico y se encuentran con un cerro sin acceso y sin electricidad ni agua. Por el lado ambiental, los efectos de esta parcelación, a veces de lugares de naturaleza valiosa, están aun por verse. La parcelación de campos productivos por acá, donde los suelos y el clima no dan para subsistir en pequeñas superficies ya es harto cuestionable, también lo es cuando no hay protección ambiental como el Derecho Real de Conservación de por medio. Menos aún, cuando ese loteo es a costados de áreas protegidas donde deben contar con Evaluación Ambiental, porque evidentemente las afectan (véase los perros vs huemules en Rio Claro. Por otra parte, están esos loteos masivos, de ochenta y más parcelas o de suburbio y dormitorio a urbes cercanas, que definitivamente no son de uso silvoagropecuario y que debieran aprobar su cambio de uso del suelo (Art. 55 Ley General de Urbanismo y Construcciones) y que luego exigen electrificación rural, agua potable rural, caminos vecinales, extracción de basura, servicios de salud y educación, externalizados al Estado. Negocio redondo para vendedores y un cacho para el comprador y el Estado.
¿Cómo regular y evitar estas muchas veces estafas y subdivisiones fraudulentas? La ley dice que le corresponde al Minvu, SAG y Municipalidades fiscalizar que ello no ocurra, pero todo indica a que no lo hacen. De hecho, habría una multa por infracciones de 200% el avalúo del predio. Cuando el SAG revisa y aprueba una de esas subdivisiones ¿Cómo se asegura que no cambian su uso? Evidentemente en esto la planificación territorial sigue ausente y hay mucha manga ancha y dejar hacer neoliberal.
Y luego esta el cambio de uso hacia área protegida que a algunos no les gusta. Y la verdad es que ese suele ser principalmente un reclamo por transparencia y participación ciudadana y de organizaciones regionales. Porque, por ejemplo, el caso del Santuario de la Naturaleza Meullín- Puye, terrenos que habían sido privatizados a los Walker y luego propiedad de las mineras Noranda, Xstrata y finalmente Glencore, con un cambio de uso del suelo por Concesión Minera (sí, buena parte de la región lo tiene y pasa desapercibido hasta que aparece la minera, u otro uso blindado con esa concesión). Cuando sus intenciones mineras y de represas no fructificaron, lo adquirió la Fundación Kreen y lo transformó en Santuario de la Naturaleza y eso con todas las de la ley y con participación ciudadana. Por lo demás, fuimos nosotros quienes le propusimos en su momento al CEO de Xstrata de abandonar su funesto proyecto y a cambio declarar esa propiedad de tremendo valor ambiental, como área protegida. En todo caso, nos parece este caso no es criticable. Otro ejemplo, es el proyecto de la declaración de Bien Nacional Protegido de la vecindad del rio Pascua, que está tramitando Fernando Iglesias, dirigente de una ONG nacional y de Round River. Fernando nos confidenció sobre ese proyecto hace algún tiempo y nos pareció interesante, eso porque los terrenos y cuenca nombrados definitivamente debieron ser parte del Parque Nacional Bernardo O’Higgins, pero la sombra de Endesa lo impidió. Ese territorio no tiene valor agropecuario y es de muy difícil acceso, por lo cual, entre que sea fiscal y caiga en manos de alguna empresa hidroeléctrica o especulador, nos parece es mejor que tenga un destino mas noble y coherente con su alto valor y belleza natural. Y claro ¡eso se debe conversar con la comunidad aledaña e involucrarla! Y luego, también, está el ejemplo del Parque Patagonia, que aunque no lo creyeran, paso de terreno privado priorizado como sitio de conservación de biodiversidad con participación ciudadana (que como siempre, pudo ser mejor), a ser un bien nacional de todos los chilenos. Y por último, esta el caso del terreno fiscal con huemules que quería proteger Luksic en la Comuna de O’Higgins y que revolucionó a parte de esa comunidad, por lo que contrato a Chile Ambiente a mediar en el conflicto. Esta ONG hizo un interesante trabajo y propuesta, que por desgracia no fue entregada a la comunidad a causa de que se desistió del proyecto. En este caso, no quedo claro si se trataba de una concesión o privatización sin participación ciudadana, que es lo que molestó, o un Bien Nacional Protegido.
La cuestión es que, aparte de la necesidad de participación ciudadana, no se puede medir con la misma vara todos los proyectos de conservación y área protegida, ni todos los proyectos de subdivisión de predios rústicos. Y diferenciar está harto difícil.