El drama de los vecinos del Barrio Meiggs: Viven encerrados entre los robos y el comercio ambulante
Por Chilevisión Noticias
Fuente: Chilevisión Noticias 17/11/2020
Los habitantes de este sector comercial de la capital dicen sentirse abandonados, debido a que los portonazos, los hechos de violencia y los conflictos con los vendedores ambulantes solo han aumentado con el paso de los años.
Es uno de los sectores más emblemáticos de Santiago. El Barrio Meiggs es un paraíso para los comerciantes, pero se convirtió en un verdadero infierno para quienes viven en este lugar.
“Cuando nosotros llegamos era un buen lugar para vivir, para hacer familia. El edificio era muy distinto como lo ves ahora. Teníamos jardines. Ahora todo es como gris”, comenta Carolina, una de las tantas residentes que dice sentirse encerrada, debido a que el comercio ambulante se tomó cada uno de los espacios y caminar por el sector se ha hecho imposible.
Felipe Alessandri, alcalde de Santiago, reconoce que algunos de los vendedores “últimamente están muy violentos. Entonces Carabineros tiene que llegar muy temprano porque la gente llega a las 6 de la mañana a tomarse los terrenos, a tomarse las veredas, las calles”.
Este es solo una de las preocupaciones de los actuales residentes de este sector, ya que a diario son testigos y hasta víctimas de la delincuencia en el sector.
“Me robaron los faros, los anillos y con un cuchillo, así como ‘suéltalo’… a nosotros acá nos robaron nuestro auto, acá afuera”, dice Mirta Godoy, quien lleva viviendo más de una década en Meiggs. En este tiempo, ha visto robos y portonazos a plena luz del día, tal como le ocurrió a ella.
Asimismo, quienes trabajan en la zona también deben estar alerta a este tipo de situaciones. “Hay que cerrar la puerta, o si no, se te pueden meter. Hay que estar pendiente de los portones. Ha sido complicado este ultimo tiempo”, asegura una mujer que se encuentra laburando en la zona.
En las noches el panorama es igual de complejo. Las peleas y balaceras son frecuentes, y muchas de ellas son captadas por los vecinos desde sus ventanas.
“Da susto porque uno está todo el día que puede en cualquier minuto desatarse una balacera en la noche. Por suerte, yo miro hacia dentro del patio, pero las personas que miran hacia la calle están expuestas también a los balazos”, señala Ana María.
Ante esto, el mayor Héctor Canales, de la Tercera Comisaría de Santiago Centro, indica que “las denuncias que pueden hacer las personas son de suma importancia, ya que ello nos permite focalizar dónde están ocurriendo este tipo de delitos, y orientar nuestros recursos hacia esos sectores. Si las personas no denuncian, no vamos a poder estar de mejor manera para prestar nuestros servicios”.
Sin embargo, los residentes dicen sentirse abandonados y sostienen que han contactado a las autoridades sin tener respuesta. La solución que encuentran es encerrarse en sus casas.
“Estamos super abandonados, no hay seguridad. Durante el estallido social tu veías carabineros por montones, en bicicleta. Ahora absolutamente nada. No sé qué pasa que la autoridad no ha hecho nada”, dice Carolina.
Varios propietarios están buscando alternativas para dejar ese emblemático barrio y tener un entorno más tranquilo. Una opción es intentar vender o poner en arriendo sus departamentos.
Por su parte, el jefe comunal de Santiago destaca que se están realizando distintas medidas para mejorar el sector. “Hemos instalado cámaras de vigilancia. La luminaria, que era una necesidad muy sentida de los vecinos, se cambia ahora. En febrero va a estar todo el sector con luces Led. Tenemos inspectores cursando infracciones a los vehículos mal estacionados”.
Sin embargo, hay quienes se resisten a dejar el sector, como es el caso Mirta, quien confía que ciertos cambios le entreguen nuevamente seguridad. “Me gustaría volver a vivir en mi barrio tranquilo como cuando compré, porque este es mi sueño de mi casa propia y ahora estamos encerrados. Estamos encerrados tanto por la pandemia como por lo que hay afuera. A lo mejor la pandemia nos permite salir, pero seguimos encerrados”.
Es el drama de los vecinos que quedan en el sector comercial de Meiggs. Edificios isla entre el comercio y los galpones, y que albergan a residentes que intentan mantenerse firmes, donde según dicen, hoy es tierra de nadie.