Experto en desastres naturales: quienes toman las decisiones de prevención en Chile están atrasados al menos 15 años

El investigador especialista en urbanística, Ricardo Tapia, se pregunta por qué si nuestro país es un laboratorio mundial en lo que a tragedias naturales y sociales se refiere, sus autoridades se encuentran retrasadas en la prevención y reacción ante la crisis.

por Carlos Salazar

Los académicos Catalina Arteaga y Ricardo Tapia, editan un interesante compilado que intenta superar el fracasado modelo de acción ante desastres naturales en Chile. Una forma de hacer las cosas que, pese a contar con experiencia, conocimiento académico y la voluntad de las víctimas, está en la edad de piedra en lo que refiere a quienes toman decisiones y su velocidad de reacción.
«Vulnerabilidades y desastres socionaturales», cuyo epígrafe destaca que se trata de un estudio de casos de experiencias recientes en Chile, llega en un trágico y puntual momento. Mientras aumenta el número de víctimas y el conteo de la destrucción por los aluviones en el norte del país, las voces de los afectados siguen preguntándose por qué nadie previó un escenario similar en un territorio acostumbrado a los azotes de la naturaleza.

Ricardo Tapia, Doctor (C) en arquitectura e investigador especialista en urbanística y ordenación del territorio, cree que este contrasentido es un problema institucional. «Si bien hay bastante información y aprendizajes de otras experiencias, Chile, a pesar nuestro, es un muy buen laboratorio mundial de aprendizaje en estas materias. Sin embargo, estimo que todavía estamos siendo reactivos e improvisadores en estas materias y en donde los tomadores de decisiones están abocados a otras urgencias políticas», dice.

Se refiere a la necesidad de darle prioridad de carácter nacional a esta bibliografía y experiencia: «La academia produce conocimiento en Chile pero los tomadores de decisiones van atrasados al menos 15 años en la concreción de ellas. El caso japonés es un buen referente de aprendizaje pero considerando que hay una gran distancia con Chile en las inversiones y recursos disponibles y utilizados en cada país. Se pueden sacar aprendizajes de ellos principalmente en lo alusivo a medidas no estructurales para prevenir», sostiene.

El texto publicado por Editorial Universitaria propone ponerle atención a otras variables como la pobreza, diversidad de grupos sociales, el rol de las corporaciones mineras en varias de estas calamidades y principalmente la planificación de la localización y crecimiento de las ciudades sobre terrenos seguros.

Lugares que, pese a ser parte de una región del mundo con violenta actividad sísmica, un fértil campo volcánico, opciones de tsunamis y más, están lejos de ser las únicas amenazas ante las cuales estar prevenidos.

Tapia enumera algunas de estas amenazas de tipo antrópico, es decir, provocadas por la acción del hombre sobre su entorno. Entre ellas los incendios forestales que se han visto exacerbados por el cambio climático y las sequías, que constituyen a su vez nuevas amenazas, tan dañinas como un terremoto, pero que no cuentan con estudios al respecto todavía.

Relativo a este problema, se suma el impacto de la falta de agua que se hace más crítico cuando la explotación minera también la requiere en grandes cantidades.

«En los hechos ocurre una disputa por ese recurso que debería ser un bien público de carácter estratégico. Otro fenómeno socionatural es el desequilibrio entre la explotación de recursos minerales, en particular, el minero y los ecosistemas naturales», dice sobre historias lamentables escritas con restos de carbón y metales pesados en Salamanca, Illapel y Caimanes con Minera Los Pelambres; Pascua Lama en el Valle del Huasco; Minera Andina en la Región Metropolitana, sólo por citar algunos. El académico cita estos casos como futuros desastres y vulnerabilidades para tener en cuenta desde hoy, pero que sigue siendo insuficientemente regulada, cree.

Lo anterior guarda relación con la siemprecitada definición de la matriz energéticaque Chile requiere para su desarrollo, pero que debería tender al uso de energías limpias para avanzar en la dirección de un desarrollo sostenible.

-A un nivel de idiosincrasia, ¿Qué cree usted que aporta a la vulnerabilidad el rasgo chileno a la hora de evacuaciones, saqueos, prevención del daño o la solidaridad?
-Estimo que nuestra idiosincrasia, entre otros múltiples factores y frente a estas crisis, está condicionada por el modelo de desarrollo económico que tenemos el cual exalta el exitismo personal, el emprendimiento y la búsqueda de bienestar económico a cualquier precio. Además las profundas desigualdades en los ingresos, expresadas en el coeficiente GINI, potencian comportamientos poco éticos como cuando ocurren los saqueos. La solidaridad que se genera en nuestro pueblo ante los desastres es un recurso endógeno y resiliente que podría potenciarse como parte de medidas no estructurales para enfrentar nuestras amenazas. Sin embargo, aún no está lo suficientemente direccionado y en sinergia con otras medidas.

Fuente: La Nacion 21-04-2015 http://www.lanacion.cl/noticias/pais/catastrofe-en-el-norte/experto-en-desastres-naturales-quienes-toman-las-decisiones-de-prevencion-en-chile-estan-atrasados-al-menos-15-anos/2015-04-20/193136.html

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