Urbanistas prevén negativo impacto de cierre perimetral de Parque de los Reyes y Orrego apoya medida
Por Carolina González
Fuente: Emol.com 13/04/2022
La alcaldesa de Santiago, Irací Hassler anunció la limitación del espacio para «reactivar y recuperar» las áreas verdes. Frente a ello, los expertos plantean que existen medidas más efectivas que una reja.
La alcaldesa de Santiago, Irací Hassler (PC), en conjunto con Carabineros, concejales de la comuna, vecinos y organizaciones sociales, anunciaron esta mañana el cierre perimetral del Parque de los Reyes, obra que se prevé implementar desde noviembre y que busca «recuperar y reactivar» los espacios comunes al interior del lugar, ante el aumento de los hechos de violencia y delincuencia.
«Vamos a iniciar el proceso para el cierre perimetral de Parque de los Reyes que se va a desarrollar durante su segunda etapa durante este año. Ese proceso va a implicar una licitación del Municipio de Santiago para poder contar con este cierre que es un inversión de cerca de $600 millones para poder con este cierre tan anhelado por la comunidad para poder recuperar y reactivar el parque en sus 30 años», señaló la alcaldesa.
Ante aquel anuncio, Emol conversó con distintos urbanistas y arquitectos con el fin de conocer cuáles podrían ser los posibles impactos de aplicar un cierre perimetral en un parque con alta presencia de visitantes, de comercio y que se encuentra ubicado en medio del río Mapocho y de grandes avenidas. En esa línea, los expertos advierten que la medida podría ser «contraproducente».
Gerardo Ureta, ingeniero civil, urbanista y académico de la Universidad de Santiago, sostiene que al «cerrar los parques, por definición, ya no sería un espacio público y pasaría a ser un espacio privado donde solo algunos podrían acceder. Entonces, cerrarlo la verdad que no tiene ningún sentido y eso demuestra que el Estado, en todas sus instituciones y organizaciones, ha perdido la pelea contra la inseguridad».
Ante esa idea, el profesor menciona que la solución para combatir la delincuencia o los hechos de violencia al interior de los parques, «no es cerrarlos, porque en definitiva, yo lo que hago ahí es trasladar el problema de la comuna de Santiago a otra parte, la delincuencia está bastante fuerte, entonces si la gente que comete ilícitos no se puede desarrollar en un lugar, probablemente van a buscar otro parque, y se va a trasladar el problema a otra zona».
«Entonces, nosotros estamos buscando soluciones bastante microscópicas más que una mirada integral sobre la ciudad y cómo nosotros vamos resolviendo los problemas de planificación urbana, de toda la ciudad, no tan sólo de una comuna. La pelea o la lucha contra la delincuencia, el comercio ilegal y todos los problemas que están incurriendo en Santiago no se solucionan con cerrar las puertas. Con esto además se le está diciendo a la gente ‘quédense en sus casas porque los espacios públicos no son para ustedes'», asegura Ureta.
Con una opción un tanto similar, Luis Eduardo Bresciani, director de la escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Católica, plantea que «siempre enrejar un parque público es una medida extrema, porque privatiza el espacio público y puede deteriorar aún más los niveles de seguridad en sus bordes. Sin embargo, cuando por razones de seguridad es absolutamente necesario, a lo menos se deben aplicar acciones que lo complementen».
En esa línea, el académico expone que, de concretarse la implementación de rejas, se debe «garantizar el acceso público ilimitado durante la mayor cantidad del día, evitando cerrar el parque, generar cambios de diseño para estimular actividades al interior de ellos y evitar el abandono en sus bordes y mejorar la mantención de la vigilancia, y creo yo que en estos casos se debe tener mucha participación de la comunidad».
«Vamos a iniciar el proceso para el cierre perimetral de Parque de los Reyes que se va a desarrollar durante su segunda etapa durante este año. Ese proceso va a implicar una licitación del Municipio de Santiago para poder contar con este cierre que es un inversión de cerca de $600 millones para poder con este cierre tan anhelado por la comunidad para poder recuperar y reactivar el parque en sus 30 años».
Irací Hassler, alcaldesa de Santiago
Si bien para Bresciani el cierre de un parque público puede ser «extremo», señala que para que la implementación de perímetros sea efectiva y responda a las necesidades que plantea el Municipio de Santiago y los vecinos, «la condición para que estas funcionen, primero, es un buen diseño que evite el deterioro en sus bordes, el abandono. Y segundo, que tenga múltiples accesos para evitar que estos parque terminen creando barreras o lugares intransitables dentro de la ciudad».
«Si el cierre de rejas crea inseguridad en estos sectores, en estos bordes que no tienen acceso, no permite a los ciudadanos ingresar fácilmente y a toda hora, y por lo tanto tener un flujo que mantenga activo. Al mismo tiempo, es un cierre que impide que visualmente la gente lo vea como un lugar abierto, claramente puede agravar la situación», acota el experto.
Bajo ese mismo contexto, Giovanni Vecchio, profesor del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC e investigador de Cedeus, expone que colocar rejas o perímetros en un parque como el de los Reyes puede ser «contraproducente», ya que «por un lado, hay evidencia de que se registra una reducción de hechos violentos, pero cerrar con rejas un parque o una plaza, en realidad, no aporta tanto y no es la única medida que se puede tomar para aportar a la seguridad de un parque, porque hace que la personas perciban el parque como inaccesible, ya que las entradas están limitadas y terminan desmotivados a utilizarlo».
«En general, lo principal es que este tipo de medidas hacen que los espacios como los parques sean menos vivos, porque son menos utilizados, entonces terminan siendo como menos seguros. En este sentido, es una medida un poco crítica y controversial, y no es la única que puede garantizar que un parque sea más seguro, porque hay que considerar el contexto en el que se emplaza», agrega.
En ese sentido, Vecchio menciona para encontrar soluciones que permitan combatir la inseguridad en el sector, se debe «considerar medidas con el uso de este espacio y no sólo con lo que ocurre al interior de este parque, sino que también en su entorno. Creo que una mirada más amplia, más allá de los límites del parque puede generar efectos a largo plazo que terminen mejorando la calidad de vida de los habitantes, la calidad del espacio público y la percepción de seguridad de quienes vivan en ese entorno».
Orrego: «Va en la dirección correcta»
El gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, afirmó a EmolTV que el anuncio de la alcaldesa Hassler «va en la dirección correcta». Si bien recordó que en otras materias «he tenido diferencias» con ella, «en esto cuenta con todo mi apoyo».
«Muchos parques en el mundo, el de La Familia, el de La Bandera… son parques cerrados. Yo creo que esta idea de que los parques por definición tienen que no tener ningún cierre perimetral yo no estoy de acuerdo. Esta discusión se dio en su momento cuando el alcalde Alessandri planteó la posibilidad de cerrar el parque forestal», comentó.
De todas maneras, cree que si un parque efectivamente se puede tener abierto, es mejor, «pero cuando ya la realidad hace evidente la urgencia de una intervención creo que no hay peor ciego que el que no quiere ver y en este caso creo que lo que se está planteando por parte de la alcaldesa es una respuesta de emergencia a una situación ya insoportable para los vecinos del parque de Los Reyes», zanjó.
Otras alternativas
Al momento de anunciar el plan de recuperación y activación del espacio público del Parque de los Reyes, la alcaldesa Hassler aclaró que para implementar la estrategia, el municipio forma «parte de una mesa junto al subsecretario del Interior, Manuel Monsalve en la recuperación de espacios públicos en la comuna barrial y capital de Santiago».
A su vez, la jefa comunal agregó que contarán con el apoyo del «Ministerio del Deporte, el Ministerio de las Culturas, subsecretaría de Prevención del Delito, para generar una ocupación virtuosa del espacio público, una activación a partir de la cultura y del deporte». Más allá del cierre perimetral, lo anterior para los expertos es el punto clave para combatir la inseguridad en el sector.
«En general, lo principal es que este tipo de medidas hacen que los espacios como los parques sean menos vivos, porque son menos utilizados, entonces terminan siendo como menos seguros. En este sentido, es una medida un poco crítica y controversial, y no es la única que puede garantizar que un parque sea más seguro, porque hay que considerar el contexto en el que se emplaza».
Giovanni Vecchio, urbanista y académico
El profesor Bresciani sostiene que las dos medidas que han demostrado efectividad en otros parques de la ciudad, tienen relación con «generar mucho movimiento al interior de esos parques programando actividades e incorporando usos que atraigan la actividad, como ocurre en el Parque Bustamante, en el Parque Forestal o con otros parques abiertos que tienen programas de equipamientos y servicios».
«La segunda opción complementaria es de diseño, tener parques que eviten tener lugares donde haya poca iluminación y baja visibilidad. Los lugares mientras más abiertos y más transparentes, generan mayor percepción de seguridad en las personas», plantea.
De forma similar, Vecchio asegura que «es importante también que se den medidas blandas, por ejemplo, no sólo se instalen rejas sino que también se invierta en la mantención del parque y en su limpieza para que se perciba más seguro; que se promuevan usos y actividades que permitan el desincentivar otros tipos de actividades que tienen que ver con el crimen».
«Hay varios elementos que pueden ayudar, por ejemplo: el tema de la iluminación; la visibilidad, hacer que no hayan espacios donde se pierda el contacto visual con el otro; y el hecho de incentivar usos y actividades que se puedan catalogar como positivas y deseables. Esto ayuda a que las personas puedan percibir al parque como un espacio vivo, el cual pueda ser utilizado por familias con niños y no sólo por grupos asociados a una percepción de peligro», opina en concordancia con el profesor Bresciani.