Entre la organización vecinal y la vigilancia policial: los días del plebiscito y aniversario del estallido social en la Villa Frei
Por Francisco Velásquez
Fuente: Interferencia.cl 02/11/2020
El ataque con un arma de fuego por parte de un desconocido a un manifestante, detenciones violentas y el constante asedio en la comunidad han marcado los últimos días de este barrio, activo en las manifestaciones de la revuelta social y organizado para el inicio del proceso constituyente en curso.
El pasado 18 de octubre se conmemoró un año de la revuelta social. Ese día, en la población La Victoria, cayó muerto por un disparo de un carabinero el joven Aníbal Villarroel, de 26 años, padre de una niña y activista conocido en la población.
En la noche del día siguiente, en la Villa Frei, la asamblea del mismo nombre recordaba al joven en una velatón. “Para nosotros que muera un poblador que se está manifestando es muy triste, porque es algo que nos podría pasar a cualquiera de nosotros”, dice Javiera, vecina nacida y criada en la Villa Frei y parte de la asamblea homónima, quien prefiere mantener el resto de su nombre en reserva por temor a represalias.
El día 20 de octubre a las 11 de la mañana, un grupo de jóvenes se autocovocó en la intersección de Irarrázaval con Ramón Cruz y Diagonal Oriente en memoria del joven caído en La Victoria. Varios de ellos comenzaron a hacer un corte de tránsito en el lugar.
“De forma imprevista salen de la estación del metro Villa Frei dos sujetos civiles portando armas, con las pistolas apuntan a una niña de 15 años. Lukas, otro vecino que tenía un extintor, lo descarga sobre los hombres para disuadirlos de disparar, es en ese momento que uno de los desconocidos dispara el arma y la bala impacta en el extintor. El disparo hace que los manifestantes corran por miedo, es ahí cuando Carabineros que se encontraba en el lugar presenciando los hechos, persigue a Lukas, quien corre con el extintor hacia el parque Ramón Cruz para refugiarse en su barrio”, cuenta Javiera.
Según recuerda Ewa Ebers, presidenta de la junta de vecinos Villa Frei, “ese día el parque estaba lleno de niños y adultos mayores, ya que a las 11 de la mañana los más pequeños aprovechan para jugar y los ancianos se juntan a conversar”.
En ese contexto es que ingresan a la Villa una patrulla, dos motos y bicicletas de Carabineros, todos a máxima velocidad para alcanzar al joven quien hace unos minutos había sido alcanzado por un proyectil disparado por un desconocido.
Según relatan vecinos de la torre donde detuvieron al joven, “Carabineros entró con las motos, casi atropellaron a una madre que venía con su guagua en el coche y una niña que se encontraba en la entrada del edificio tuvo que saltar bajo una rampa para no ser atropellada”.
Según el relato de una vecina, que prefiere resguardar su identidad, la niña afectada, que no supera los cinco años de edad, no quiere salir de su casa por el miedo que le provoca volver a vivir algo de esas características.
El detenido fue pasado a control de detención y procesado por la Ley Antibarricadas. Ese día, la asamblea Villa Frei, que durante la revuelta social conformó diferentes comisiones, entre ellas una jurídica, se apersonaron en la comisaría. Javiera que es parte de la Comisión Chilena de Derechos Humanos y junto a sus vecinos acompañaron a Lukas mientras duró el proceso.
A la fecha, Lukas está con prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la Villa Frei, donde vive su polola y buena parte de sus redes, mientras dure la investigación.
Autos civiles y miedo
El 17 de octubre de este año en la noche, la asamblea Villa Frei realizó una actividad para conmemorar el inicio de la revuelta social.
“El 18 marchamos junto al cordón Grecia donde se agrupan organizaciones como Lo Hermida, Villa Olímpica y el conjunto habitacional Empart, todos marchamos a la Plaza de la Dignidad”, recuerdan los vecinos.
“Desde el 16 de octubre hubo mucha represión, incluso tuvimos que activar las comisiones que se habían formado para el año pasado en contextos de estallido social”.
Camilo Brodsky, concejal de Ñuñoa y vecino de la Villa Frei, relató en una conversación con INTERFERENCIA, que “desde el 18 de octubre del año pasado no ha parado la represión en este lugar. Durante la pandemia paró porque la gente no estaba en la calle, sin embargo, el día 15 de julio se llenó de Policías de Investigaciones la Villa. Todo esto sin ningún motivo aparente y siempre provocando el repudio de la comunidad que a gritos los echan del barrio. Es generar tensión sin motivo”.
Luego de la detención de Lukas hubo diferentes hechos que Javiera los interpreta como un amedrentamiento hacia las organizaciones en que participa. “ Después de que estuvimos en la comisaria acompañando a Lukas, durante la madrugada se estacionó un auto frente a mi casa con las luces altas, el vehículo permaneció por algunas horas y luego arrojaron una bolsa con caca a mi jardín”.
“Estamos preocupados, porque vemos muchos autos civiles que siguen a nuestros vecinos, andan lento, se meten contra el tránsito e incluso a uno de mis vecinos lo encañonaron dos hombres que se bajaron de una camioneta sin ningún motivo aparente”, relata Javiera.
“Nosotros nos conocemos con los vecinos, pero igual tenemos miedo que pueda haber un infiltrado entre nosotros, como lo ocurrido en Lo Hermida. Esto lo único que provoca es que tengamos desconfianza en nuestra propia gente”, afirma Javiera.
“Las organizaciones en el territorio, somos una amenaza porque autogestionamos nuestras soluciones, porque queremos mantener a una comunidad activa, una comunidad que busca cuestionar lo que pasa en nuestro territorio. Porque nos decidimos no seguir viviendo solos y la organización que surgió en la revuelta no queremos perderla, porque nos trasforma en un barrio”, advierten parte de los miembros de la Asamblea Villa Frei.
La organización que surge en la revuelta
La Villa Frei está ubicada en la comuna de Ñuñoa. Fue inaugurada 1968, como un conjunto habitacional diseñado por el arquitecto Jaime Larraín y Diego Balmaceda. Está emplazada en un terreno de 40 hectáreas donde hay torres de edificios dentro de un frondoso parque que se conecta a través de puentes con casas de uno y dos pisos de la misma época. En total son 3500 viviendas, y fue declarada Zona Típica por el Consejo de Monumentos Nacionales el año 2015 dado su valor histórico, arquitectura y urbanismo.
“La forma que tiene la Villa Frei propende a que exista relación comunitaria, por los espacios y el hecho de que buena parte de los vecinos son históricos del barrio”, cuenta Javiera, quien es parte de la Asamblea Villa Frei, que surgió al calor de la revuelta social que se inició el 18 de octubre del año pasado.
“Lo que nos convocó a la primera asamblea de Villa Frei, fue que Carabineros le dispararó perdigones en la garganta y en el estómago a un joven. El impacto de ese hecho fue lo que hizo surgir esta organización”, mencionó.
El 21 de octubre de 2019 se celebró una multitudinaria asamblea donde se sentaron las bases de las posiciones que se estaban encontrando entre la asamblea del parque Ramón Cruz, la Asamblea Villa Frei y la junta de vecinos. Todos con diferentes posiciones y objetivos, pero con la convicción movilizadora de “conservar la vida buena que tiene este lugar”.
De ahí en adelante surgieron comisiones, encargadas de la salud mental de los vecinos, comisiones jurídicas y de salud para atender a los heridos de la protesta.
La presidenta de la Junta de Vecinos, Ewa Ebers, recuerda que el 25 de octubre del año pasado hubo una actividad donde llegaron cerca de mil personas. Durante el día cantaron artistas como Nano Stern y Javiera Parra. Ese mismo día fue uno de los días en que hubo mayor represión durante la noche.
Según relata la presidenta de la junta de vecinos “el grueso de esta villa no somos personas de clase alta como se cree, sino que, todo lo contrario. Hay muchas personas que son históricos, cerca del 60 por ciento, que vive con sus hijos de allegados, donde hay más de una familia viviendo en los departamentos, en muchos casos con pensiones de hambre y muchas dificultades para solventar los gastos básicos de la casa. También existe un número importante de personas que está vendiendo sus departamentos por el alto valor que tienen y quienes llegan sí están generando un recambio generacional y socio-económico”.
Durante la Pandemia la Asamblea Villa Frei, conformada en buena parte por jóvenes, se encargó de acopiar comida y repartirla entre los vecinos con menos recursos. Muchos de los vecinos que no necesitaban las cajas de alimentos entregadas por el gobierno terminaron donando la mercadería a otros que sí tenían carencia de estos productos.
El acopio de alimentos y la repartición de estos no estuvo exenta de control policial y militar “muchas veces las patrullas se paraban afuera de mi casa a hacer controles de identidad y en una ocasión querían detenerme por estar violando la cuarentena, mientras nosotros lo que queríamos era ayudar a vecinos que no tienen para comer”, relata Javiera.
Proceso constituyente
Luego del triunfo del apruebo y convención contituyente se inicia el proceso en el que los cabildos y organizaciones barriales deben consolidar sus posturas para incluirlas en la nueva constitución.
La presidenta de la junta de vecinos, Ewa Ebers, dice estar muy comprometida con el proceso institucional: “Tenemos la claridad de que es hora de reactivar los cabildos y las asambleas para entregar nuestra posición al proceso constituyente y también ver de qué forma tener un representante en la redacción de la constitución”.
Por su parte, los líderes de la asamblea Villa Frei no tienen confianza en este proceso por su desconfianza a las propuestas nacidas de partidos políticos.
“Nosotros no soltaremos la calle, porque los cambios que se están dando provienen de ahí y creemos que es ahí donde hay que seguir presionando y organizándonos para mantener a nuestra comunidad activa”, afirman.