Stock inmobiliario alcanza récord de 38 mil viviendas

También se registró la mayor cantidad de unidades vendidas para un trimestre en los últimos cuatro años
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por CONSTANZA HOLA CHAMY

El sueño de la casa propia sigue en alza, por lo menos en el Gran Santiago. Según un estudio de Collect, en conjunto con la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, durante el segundo trimestre del año se vendieron 10.669 unidades: 7.994 departamentos y 2.675 casas.

El trimestre pasado registró un récord histórico en la oferta: 38 mil unidades en stock. Pero esto no significa exceso. El 89,4% de la oferta está en verde, lo que es «muy sano para el sector», según comenta Max Purcell, gerente general de Collect.

La medición visitó un total de 947 proyectos, de los cuales 97 correspondían a proyectos incorporados dentro del segundo trimestre. La cifra representó el segundo mayor número de nuevos proyectos ingresados en un trimestre en los últimos 10 años.

A pesar de que las ventas aumentaron en 12,5% en unidades y de 17,2% en valor respecto de igual trimestre de 2006 -lo que en unidades refleja las mejores cifras de los últimos cuatro años-, los inmobiliarios no cantan victoria. «El escenario actual es el paraíso de los consumidores, pero el negocio está cada vez menos rentable para los inmobiliarios», señala Patricio Muñoz, gerente general de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios.

Además, desde Collect aseguran que, a pesar de que el stock está bien distribuido en el tiempo, el peak de oferta vuelve al sector vulnerable ante factores externos.

De hecho, aunque repuntó de la caída que tuvo el trimestre anterior, la velocidad de venta de proyectos inmobiliarios se situó en 7,2%, es decir, 13,8 meses para agotar stock, en el límite entre lo lento y lo normal.

El problema laboral

Aunque finalmente el alza de tasas no debería influir demasiado en el comportamiento del consumo, ésta, en conjunto con el alza en los insumos, termina por afectar las utilidades del sector, según explica Muñoz.

El alza de la mano de obra como fenómeno global y las presiones sindicales como arista local pueden jugarle en contra. Según explica Muñoz, en la construcción se requieren subcontratos porque son obras de especialidad, y para que la construcción sea realmente eficiente «y tengamos precios convenientes se tiene que trabajar con subcontratos».

Y con los subcontratistas amenazando parar la construcción, el tema no se viene fácil. «Al final no afecta a la industria, afecta al consumidor», a quien se le traspasaría el costo en el precio, según explica Muñoz.

Fuente: El Mercurio Martes 7 de agosto de 2007

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