La ciudad de los 15 minutos
Por Vólker Gutiérrez Aravena
Fuente: diarioUchile 30/07/2021
En mi época universitaria, como parte obvia del conocerse, recientes amistades solían preguntarme dónde vivía. La respuesta que entregaba recibía el clásico comentario de ¡qué lejos! Entonces yo retrucaba que, visto desde mi barrio, hasta donde nos encontrábamos en ese momento era la misma distancia. Ergo: la lejanía era similar para ambos lados. Y si bien sentía que mi razonamiento era cierto, después no dejaba de pensar y cuestionarme las eternas dos horas de viaje, sumados ida y vuelta, entre mi casa y los recintos de estudios.
Durante el período más efervescente del estallido social, primero, y luego en los tiempos pandémicos, hemos sido testigos de cómo la vida barrial ha tenido una resignificación positiva. Obligados a permanecer en casa (no tengo pruebas estadísticas, pero tampoco dudas), calles, plazas y almacenes locales aumentaron sus usuarios, haciendo posible, entre otros efectos, que las ciudades adquirieran un tono más cercano a la escala humana. De alguna forma, hicieron también su aporte en esa dirección las modalidades de teletrabajo y clases en línea, todo lo cual puede ayudar a validar varias propuestas interesantes que han circulado por el país (y en otras latitudes también), como aquellas de disminuir la carga de horas laborales o las de establecer jornadas mixtas, con trabajo en casa y en las oficinas, por ejemplo.
Hace varios años y en diversas tribunas se viene planteando la idea de que las ciudades contemporáneas debieran dar un giro en la forma en que están estructuradas. Desde principios del siglo XX y cada vez más acentuadamente, ya no fue el ser humano y su caminar el eje articulador de las urbes, sino su desplazamiento arriba de cuatro o más ruedas. Se pedía a los planificadores y tomadores de decisiones que la gente pudiera moverse más rápido y, como el uso de autos particulares se fue masificando, las calles se ensancharon y comenzaron a proliferar las autopistas. El automóvil pasó a ser la medida de la ciudad.
Además, las ciudades se fueron extendiendo de modo tal que las distancias, por los tiempos ocupados en el desplazamiento, nos alejaron a su vez de ciertas prácticas humanas milenarias, como la de compartir con quienes están en nuestro entorno próximo. Pese a importantes avances regulatorios, como las jornadas laborales de 8 horas diarias, cubrir trayectos de diez o más kilómetros en una dirección y luego en otra significan al menos dos horas sólo en ese menester.
¿Qué se podría hacer si se cuenta con una hora y media de libre disponibilidad después del trabajo o el estudio? ¿Ver televisión, leer una novela, compartir una cerveza, caminar por la cuadra, jugar con los amigos, los hijos o las mascotas? Pues esas mismas preguntas, gatilladas por la necesidad de buscar alternativas contra el rol de las ciudades en los efectos del cambio climático, llevó a un académico franco-colombiano, Carlos Moreno, a desarrollar la propuesta de la ciudad de los 15 minutos. La idea fue acogida por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien la incorporó a su programa de gobierno.
¿Y qué es la ciudad de los 15 minutos? La propia alcaldesa parisina la define como “La ciudad de los barrios donde puedes encontrar todo lo que necesitas a 15 minutos de casa”. El trabajo, la escuela (eso es esencial), la mercadería, el ocio, todo lo indispensable de una vida urbana debiera estar a no más de un cuarto de hora, sin necesidad de recurrir al transporte público o privado para acceder a ello.
En el fondo de la propuesta parisina, aparte de la descentralización, está la idea de asumir al barrio como el estandarte de la futura vida urbana. Es como regresar a un vivir más cercano, más pausado, menos estresante, más cara a cara y cuerpo a cuerpo. Y digo regresar, con todos los cambios y avances tecnológicos mediante, porque así nacieron las ciudades modernas, por un lado; y, por otro, porque hace más de cinco décadas en Chile ya se habían implementado modelos habitacionales en esa línea, como fueron los casos de la Villa Portales y la Remodelación San Borja en Santiago.
Hacer realidad la ciudad de los 15 minutos no será una cosa tan rápida, pero al menos ya debe estar en la discusión de los ciudadanos, los planificadores, los políticos. Y tampoco podemos demorarnos mucho. Este invierno de 2021 ha sido de altas temperaturas y escaso de lluvias. Por contrapartida, en otras latitudes el calor ha causado varias muertes. Como señalan expertos en la materia, el cambio climático ya llegó. Entonces, no podemos perder más tiempo en generar los cambios que contribuyan a mejorar nuestras vidas futuras. Modificar la forma de habitar nuestras ciudades, con desplazamientos menos numerosos y más acotados, va en esa línea precisamente. Como dicen algunos en Buenos Aires, la ciudad de los 15 minutos significa “movernos menos para vivir mejor”.
Vólker Gutiérrez A.
Periodista/Profesor
Fundador y presidente Cultura Mapocho
Director Letra Capital Ediciones