Gobierno descarta proyecto que facilita trámite de créditos
Fuente: El Mercurio Martes 5 de agosto de 2008
La iniciativa habría permitido una mayor competencia entre los bancos, además de reducir el tiempo y el costo de la repactación de los préstamos hipotecarios.
FRANCISCA GARRIDO P.
Un verdadero dolor de cabeza puede ser repactar un crédito para las personas y pymes si encuentran otro banco o institución que ofrezca condiciones mejores, como tasas más bajas o mayor plazo.
Por ejemplo, para refinanciar un préstamo hipotecario, hoy se pueden pagar entre 80.000 y 200.000 pesos en gastos operacionales, que incluyen la tasación de la propiedad (desde $50.000), los estudios de títulos, la redacción de la escritura y los trámites notariales (entre 30.000 y 60.000 pesos). Estos montos no consideran el tiempo que se pierde en trámites y el cobro que realiza el Conservador de Bienes Raíces, que puede ascender al 0,25% del valor total de una vivienda.
Con el fin de facilitar a las personas y pymes el traslado de sus créditos si encuentran una mejor oferta, en 2003 surgió la idea de crear una central de garantías. Ésta funciona como un depósito de garantías -la idea era emular al Depósito Central de Valores (DCV)-, en el cual quedan los estudios unificados y con esto se evita hacer todos los trámites cada vez.
No llegó a puerto
Pero el proyecto nunca llegó a puerto ni vio la luz pública.
La iniciativa fue impulsada por el sector privado, en el contexto de la discusión de la segunda reforma al mercado de capitales, y recibió todo el apoyo del Ministerio de Economía de la época. Incluso se expuso frente a la Comisión de Economía del Senado y fue aplaudida por algunos parlamentarios.
Sin embargo, el supuesto lobby de los bancos, principales interesados de que la idea no tomara fuerza, pudo más. Si bien desde el interior del Gobierno niegan que la banca rechazara la propuesta, fuentes que trabajaron en el proyecto afirman que a los bancos les pareció una pésima idea, porque, entre otras razones, ya no podrían tener «cautivos» a sus clientes reteniéndoles las garantías ni utilizarlas como respaldo para otros préstamos. El rechazo fue a pesar de que la Central de Garantías se pensó como una sociedad de apoyo al giro, la cual podría haber sido de propiedad de la banca.
En tanto, desde la industria financiera confirman que la idea no les parecía bien, aunque no dan mayores explicaciones.
Piso político
Aunque la Central de Garantías podría facilitar los trámites a pymes y personas, desde el Ministerio de Hacienda afirman que no se discutirá más sobre el tema. Alejandro Micco, asesor de esa cartera, explica que si bien este mecanismo habría permitido poner competencia al sistema de notarios y conservadores de bienes raíces, finalmente no se consideró, porque presentaba dificultades técnicas, ya que requería cambiar gran parte de la legislación para hacer hipotecas y garantías endosables.
«Hacienda se concentró en acelerar dos proyectos. Por una parte, la sociedad de garantía recíproca -ley ya aprobada-, que permite a un conjunto de individuos darse garantías con distintos fines», afirma Micco. «El proyecto no está entre las medidas de MKIII», sentencia.
Por su parte, Iván Vuskovic, presidente de la Conapyme, comenta que la central de garantías nunca prosperó, porque ni siquiera hay acuerdo de la Concertación para sacarlo a flote. «Me encantaría que existiera, pero el problema es que no hay agua en la piscina desde la Concertación para echar a andar una idea como ésa».