Villa San Luis, el lunar de Las Condes, se resiste al olvido y la destrucción

Cuatro de los 27 edificios construidos por Allende para dar solución habitacional a las tomas en Las Condes, más conocida como Villa San Luis, se resiste hoy a la demolición y al olvido. Arquitecto de la UP propone declararlos Monumento Nacional para así salvarlos de caer en el exilio de la memoria.

Fuente: El Mostrador 7-03-2017
Por Marco Fajardo.

Para algunos, la Villa San Luis de Las Condes es un pedazo de memoria viva, un cuerpo sólido acoplado a la retina histórica de los 70. Para otros, no es más que un lunar, una mancha popular que envilece los impecables ventanales espejos del centro económico de Santiago. Independiente del punto de vista, lo cierto es que este conjunto de edificios -o lo que queda de ellos- edificados por Allende, ha resistido el paso del tiempo y de los intentos inmobiliarios por desplomarlo.

Ahora, el arquitecto Miguel Lawner, ex Director ejecutivo de la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) del gobierno de la Unidad Popular, ha iniciado una campaña de firmas online para lograr que cuatro de los de 27 edificios originales que conformaban una villa que el gobierno de Salvador Allende construyó en Las Condes sean declarados monumento histórico nacional.

La Villa San Luis de Las Condes, tras el golpe militar, fue ocupada por el Ejército, que se apropió de las viviendas y las vendió para convertirse en un centro de negocios. Hoy los cuatro edificios permanecen desocupados.

«Todavía es posible rescatar para la memoria esta violación a los derechos humanos que afecta a más de 5 mil personas, y conservar un importante legado urbanístico y arquitectónico», señala Lawner en su petición.

Una obra de Allende

Para los habitantes de la zona, la historia es conocida. En los años 60 había diversas tomas en Las Condes -como Patria Nueva, Ho Chi Min o El Esfuerzo- y cuando la UP triunfó en 1970, se comenzó a trabajar en una solución para ellas.

El Estado había tomado posesión del fundo San Luis, de 150 hectáreas, cuyos dueños lo habían dejado a la beneficencia en los años 30, aunque el trámite había sido impugnado por los herederos.

La construcción se realizó en tiempo récord y en abril de 1972, los pobladores recibieron las primeras viviendas de la «Villa Carlos Cortés». Cortés había sido ministro de Vivienda del gobierno de Salvador Allende y fue uno de los principales promotores del proyecto. Como murió antes de verlo realizado, la villa fue bautizada en honor de este militante socialista.

Eran 27 edificios con departamentos de 2 ó 3 dormitorios, de entre 50 y 80 metros cuadrados. Durante la UP alcanzaron a entregarse más de mil departamentos, a pesar de la oposición de algunos vecinos del sector. En muchos casos era la primera casa propia de estas familias.

«Sus viviendas, fueron entregadas a familias de trabajadores, en un intento por acabar con la segregación social urbana», señala Lawner en su petición. «Si había personas viviendo y trabajando en la comuna, no había razón para construirles casas en la periferia, en barrios diseñados para pobres. Las 1038 familias beneficiadas por la CORMU, que habitaban mayoritariamente asentamientos precarios a la orilla del río Mapocho, obtuvieron de esta manera una vivienda digna en un proceso completamente regular, que incluyó ahorro previo y pago de dividendos».

Un golpe expropiador

Todo cambió tras el golpe de Pinochet. Lawner cuenta que las familias fueron desalojadas de sus hogares por la fuerza de las armas, y desplazados a poblaciones marginales, en Independencia, Renca o Pedro Aguirre Cerda. Además la villa fue rebautizada como «San Luis».

Al mismo tiempo, las viviendas fueron entregadas a miembros del Ejército. «Los responsables de este delito permanecen impunes, mientras las víctimas no han recibido ningún tipo de reparación o reconocimiento por parte del Estado», destaca Lawner.

Tras el retorno de la democracia, el Ministerio de Bienes Nacionales destinó la población al Ejército, para fines habitacionales de la institución y prohibiendo explícitamente otros usos. Sin embargo, el decreto correspondiente no se respetó y el Ejército vendió los terrenos e inmuebles el año 1996, a Inmobiliaria Parque San Luis S.A., en una operación donde recibió 98 millones de dólares. Se abría así el camino que condujo a la demolición de 23 de los 27 bloques de departamentos de la población.

Sobre las viviendas sociales construidas por el Estado, se erigió Nueva Las Condes, hoy uno de los principales centros de negocios del país. Entre los compradores, –que han demolido casi toda la población para construir edificios corporativos- figuran personas como Alberto Kassis, ex presidente de la Fundación Pinochet, además de las familias Cueto, Sarquis y Zalaquett, denuncia Lawner.

«Mientras estos empresarios se han enriquecido gracias a terrenos de enorme plusvalía, los pobladores expulsados de la villa, siguen viviendo en la periferia, sin haber recibido compensación alguna», dice.

Rescate

Afortunadamente, aún es posible rescatar lo que queda de este importante legado urbanístico y arquitectónico. Por diferentes razones, el Ejército no pudo vender hasta el 2011 una pequeña parte de la Villa donde aún se conservan cuatro edificios. Se trata del Lote 18-A, ubicado en Av. Presidente Riesco, frente al Parque Araucano.

Además, existe un juicio radicado en la Corte de Apelaciones de Santiago, que ha impedido, hasta ahora, la demolición de los últimos edificios de la villa, «tan importantes para la historia social y urbanística de nuestro país», en palabras del arquitecto.

«La situación legal que afecta al terreno, podría cambiar en cualquier momento. Por esto, solicitamos que la declaratoria se tramite prontamente, para evitar la demolición de los últimos edificios de un proyecto habitacional emblemático. La futura construcción de un sitio de Memoria, en el Lote 18, es un anhelo que también manifestamos. Este espacio de Memoria permitiría avanzar en la reconciliación nacional y nos ayudaría a recordar que las armas, las presiones inmobiliarias y los grandes poderes económicos, no deben atropellar nunca los derechos de las personas», señala.

«Durante décadas, diferentes organismos del Estado pudieron haber evitado la cadena de sucesos ya descrita, donde se ha atentado en contra del derecho a la vivienda y en contra del patrimonio del fiscal, invisibiliazando, al mismo tiempo, los valores e ideales del gobierno de Salvador Allende, expresados tan elocuentemente en Villa San Luis. Esperamos que en esta ocasión exista la voluntad de actuar y de reparar el daño causado», concluye.

1 thoughts on “Villa San Luis, el lunar de Las Condes, se resiste al olvido y la destrucción

  • el 2017-03-07 a las 5:13 pm
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    Fue un atropello más a los derechos humanos y a la aspiración de ciudades más inclusivas.

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